A sus 17 años, la moañesa logra su primer gran éxito en categoría sub-21 en un Europeo
13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La taekuondista Tania Castiñeira (Moaña, 2001) sigue dando pasos de gigante. En su segundo año como sub-21, este fin de semana se proclamó subcampeona de Europa de la categoría quitándose lo que ya sentía como una espina clavada. Mientras, la deportista del Hebe ya se ha colado en el podio del ránking nacional absoluto. El pasado septiembre tomó la «dura pero necesaria» decisión de hacer las maletas para instalarse en el CAR de San Cugat y considera que está recogiendo los frutos.
-¿Qué significado tiene esta medalla para usted?
-Es un gran logro y algo que llevaba tiempo persiguiendo. Al ser el segundo año que compito en sub-21, me quedan otros tres por delante y haber conseguido esto siendo aún tan joven es un salto muy importante. Iba a este Europeo con la idea de conquistar una medalla, pensaba que ya me tocaba. Llevaba varios europeos y mundiales sin subir al podio.
-Sin embargo su palmarés internacional está lleno de éxitos.
-Sí, había conseguido medallas en Open y torneos internacionales, pero me faltaban estas competiciones. Solía caer en cuartos y tenía esa espinita que ahora me he podido quitar por fin.
-¿Cómo fue el camino hasta el subcampeonato?
-En el primer combate me enfrenté a una rival rusa, de las más duras de la competición, pero fui por delante siempre y gané 5-2. En cuartos me tocó una representante alemana también muy fuerte en lo físico, pero supe anticiparme a sus acciones, encontrar sus puntos débiles y pude ganar con un marcador bastante abultado de 20-10. En semis, con una rival danesa, ya fue mucho más igualado, me costaba mantener la distancia, pero al final me impuse 6-4. Ya en la final, la francesa, que también sabía que era una de las mejores, me ganó 6-0.
-¿Cómo vivió ese último combate con el oro en juego?
-Era una rival muy complicada, sobre todo por su altura en comparación con la mía. Me llevaba una cabeza y con levantar una pierna, mucho más larga que la mía, ya me era imposible entrarle, así que me hizo sentir muy incómoda desde el principio. En cuanto se puso por delante ya vi que iba a ser muy complicado tener opciones de vencer.
-Hablaba de competiciones anteriores en las que se quedó a las puertas. ¿Qué cambió en esta ocasión?
-Pienso que he mejorado mucho a nivel de confianza, de creerme que soy capaz de ganar aunque tenga enfrente a rivales muy complicados. Soy una deportista que me pongo muy nerviosa antes de los combates, tengo mucha ansiedad, y estoy aprendiendo a controlarlo mejor, que es algo que me está ayudando. También influye que ahora me dedico más horas a entrenar y se nota.
-¿Fue complicado tomar la decisión de trasladarse a Barcelona?
-Nunca es fácil dar un salto así, porque quieras o no, el cambio es grande, estás lejos y echas muchas cosas de menos. Pero sabía que si quería seguir mejorando y creciendo para continuar entre las mejores era algo que tenía que hacer y estoy contenta de haber dado el paso. Me encuentro muy a gusto y evolucionando rápido, así que creo que ya puedo decir que mereció la pena.
-¿En qué nota que ha crecido en estas semanas que lleva en Barcelona?
-Me siento más segura y la sensación es como si tuviera más experiencia y más sabiduría a pesar del poco tiempo que llevo. A la hora de competir y afrontar los combates siento que cada vez tengo más recursos y eso era lo que necesitaba para seguir a alto nivel como yo quiero. Ahora mismo ya estoy entre las tres mejores del ránking nacional absoluto y el objetivo es seguir subiendo en el internacional, porque por ahora no llevo muchas competiciones.
-¿Cuáles son los puntos débiles en los que considera que aún tiene margen de mejora?
-En los combates me muevo mejor en el contraataque, así que tengo que mejorar el ataque y mantener el centro del tapiz. También ese aspecto mental de no ponerme tan nerviosa y seguir controlando la ansiedad antes de competir.
-Ya ha logrado sus primeros resultados importantes como sénior a los 17 años.
-Sí, fui subcampeona de España sénior y me da mucha confianza para seguir trabajando. En mi primera competición internacional sénior perdí, pero me quedé con ganas de más y con la sensación de que podía haber dado más.