La tubería de la depuradora que flota en la ría entorpece el marisqueo

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

MOAÑA

XOAN CARLOS GIL

Parte del emisario lleva más de un año encallado en aguas de Domaio

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cientos de metros de tubería destinadas inicialmente al emisario submarino de la depuradora del Lagares flotan en la ría desde hace más de un año sin que nadie sepa cuál será su destino. Los problemas de anclaje del emisario en la parte más alejada de la costa provocaron un retraso en su construcción y las dificultades subsisten. Fuentes próximas a la obra dan por sentado que el emisario finalmente será más corto de lo previsto.

Mientras se aclara la situación, el enorme tramo que flota en Domaio (Moaña) sigue aparcado para desesperación de los marineros. Según confirma el secretario de la cofradía de pescadores, Luis Sequeiros, el enfado en el sector es patente y va en aumento. «La tubería provoca que se acumulen las algas, ya que no las deja salir. Esto hace que se tape la navaja y el marisco termine muriéndose».

Los marineros no se han quedado de brazos cruzados ante este panorama, pero no logran resolverlo. «Hemos hablado con biólogos y enviado escritos a la consellería para que gestione una solución, pero todo sigue igual. Es cierto que esta no es una zona de mucha navaja, pero la que había está desapareciendo». Contaban con una mayor implicación de la Xunta ya que cofinancia las obras de la depuradora del Lagares junto con el Gobierno central.

Que la tubería siga allí después de tanto tiempo era algo no previsto por los marineros. «Escogieron esta parte de la ría, el espigón de los bateeiros, para traer los tubos e ir montando y soldando la tubería. Una vez que tenían un tramo listo para colocar, se lo llevaban. Y nos habían dicho que el proceso duraría unos seis meses, plazo amplísimamente superado», explica Sequeiros. Según sus noticias, Capitanía Marítima también presiona para que se retire de la ría «ya que supone un obstáculo para la navegación».

Imprevisto subterráneo

En conjunto, el proyecto de saneamiento camina con retraso, un hecho que la empresa pública Acuaes reconoce, aunque ha puesto fecha al inicio de las pruebas. Su apuesta es iniciar la fase previa a su funcionamiento en los primeros meses del 2017 y después tendrá que pasar alrededor de un año hasta que esté completamente operativa y pueda tratar las aguas residuales de la ciudad.

Sin embargo, el problema de mayor relevancia afecta al emisario ya que en su parte más exterior los técnicos no fueron capaces de anclarlo en el fondo.

El atasco en la parte final del emisario afectó a todo el año 2015. En noviembre del 2014 ya estaban colocados cuatro de los siete tramos, 1.500 metros en total, a la espera de concluir una tubería de desagüe de la depuradora de casi 3.800 metros (780 terrestres), todo ello presupuestado en 19 millones de euros. El proceso se interrumpió después por los problemas de anclaje y Acuaes no anunció una solución hasta febrero de este año. Consistía en instalar los difusores para la salida del agua tratada a un metro de altura del fondo para evitar su enterramiento.

Aunque el agua que expulsará el emisario ha sido tratada previamente en la depuradora, siempre se busca alejarla de la costa para que se mezcle con el mar y que se difumine cualquier riesgo de contaminación.