«¿Por qué a un enfermo de cáncer le dan el tratamiento y a mí no?»

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

MOAÑA

Concha Barreiro es fundadora de la plataforma que exige el tratamiento con Sovaldi.
Concha Barreiro es fundadora de la plataforma que exige el tratamiento con Sovaldi. mónica irago< / span>

En el área sanitaria hay unos 3.000 enfermos que esperan la medicación

03 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Concha Barreiro lleva 30 años luchando contra la hepatitis C, y en ese tiempo, la enfermedad no consiguió arrebatarle su natural energía. Artista, profesora y comprometida con la sociedad vilagarciana a lo largo de su vida, no dijo públicamente hasta hace poco que sufría la enfermedad, pero cuando apareció un nuevo medicamento que puede curarla y se les deniega por su carestía, decidió que había que dar la cara, por ella y por los demás. Fue así como se unió a la Plataforma de Afectados pola Hepatitis C. «Se constituyó el 19 de diciembre y éramos 3 o 4, y ahora somos ciento y pico, cada día se suman dos o tres». Con ella echamos una vista atrás para saber cómo empezó todo y cómo se llegó a esta situación.

 

-¿Cómo se contagió de la hepatitis C?

-En 1979 me operé de una compresión medular, y en una transfusión de sangre me metieron el bicho, como le llamo yo. Entonces no había el cuidado que hay hoy con las transfusiones, y estamos hablando de la época de las jeringuillas, cuando no se esterelirizaban como ahora, y estaba el problema de los drogodependientes... Por todo ello y porque los síntomas pueden tardar años en aparecer, es una enfermedad silenciosa y silenciada. Silenciada por los propios enfermos, que muchos no saben ni que la tienen, y otros no lo dicen porque la gente cree que vas a beber de un vaso y vas a contagiar a alguien, cuando solo se contagia por la sangre. Y ahora detrás vienen los de los piercing y los de los tatuajes.

-¿Se lo diagnosticaron pronto?

-Yo me operé y me fui tan tranquila; comía, bebía, no te enterabas de nada. Pero en 1985 tuve unos cólicos y me hice unos análisis, y el médico de cabecera ya sospechó que tenía lo que entonces se llamaba hepatitis no A no B. Yo seguía estando bien y no le hice mucho caso, porque era joven, te decían que podías no tener síntomas en 30 años y no le di importancia. Cuando era joven, 30 años es mucho tiempo, y podía morirme de otra cosa.

-Luego llegaron los tratamientos.

-En el 92 salió el Interferon, que era un medicamento muy agresivo, tenías que ponerte tres inyecciones a la semana y cada una de ellas ya costaba 50.000 pesetas. Lo del coste no es nuevo, el tratamiento ya era caro. Como no me daba resultado y los efectos secundarios son terribles, porque estaba todo el día tirada, sufría picos de fiebre y era como si tuviese artrosis, me lo quitaron. Hace tres años me ofrecieron un tratamiento experimental que curaba al 80 % de los afectados, pero yo fui del 20 % restante, lo tomé seis meses pero cuando lo acabé, el bicho seguía estando ahí.

-¿Y los efectos psicológicos?

-A mayores de los físicos, yo cogí una depresión tremenda, en mi apartamento no entraban más que tres personas. Nunca pensé que podría llegar a ser tan mala y a tener tan malos pensamientos...

 

-Y por fin llegó el nuevo tratamiento.

-Yo ya había desistido, y hace un año me enteré de que había un tratamiento nuevo que curaba sin efectos secundarios. España tardó en reconocerlo, pero finalmente se comercializó como Sovaldi. Lo que pasa es que lo dan a cuentagotas, solo a los que están muy graves, y nosotros pedimos que nos lo den a todos y que lo haga el médico de cabecera, porque ahora lo valora una comisión que dice que sí o que no sin ver al enfermo.

 

-Si hace años el tratamiento ya era caro y se daba y ahora no, ¿es que cambiaron los criterios?

-A mí la verdad es que me tocaron los peores recortes, el de la educación en mi trabajo y el de la sanidad. Yo personalmente me encontraba respaldada por la sanidad pública, me sentía tranquila, y hoy tengo dudas. Estaba orgullosa de la Seguridad Social y ahora lo que veo es que quieren acabar con ella. Dicen que no funciona, pero yo me temo que es para privatizarla. Es verdad que el tratamiento puede costar 25.000 euros y después a mayores otros complementarios, y yo también entiendo que la farmacéutica tiene que ganar dinero, pero entre tener un beneficio y la usura hoy una diferencia muy grande.

 

-¿A quiénes le están dando el tratamiento?

-Solo a los que están muy graves, es decir, a los que están en Fase 4, que pueden necesitar un trasplante de hígado o tener cirrosis. Yo estoy en Fase 3, y ya he gastado más de 20.000 euros en tratamientos. Y me pregunto, ¿no supone un gasto también que me tenga que coger una baja? ¿Por qué a un enfermo de cáncer se le da el tratamiento en cuanto se lo diagnostican y a mí no?

 

-¿Cuáles son los objetivos de la plataforma?

-Nos apoyan todos los partidos de la oposición y queremos llegar al Defensor del Pueblo y al Congreso. Queremos lograr que nos den el tratamiento a todos, y que lo recete el médico de cabecera. Habíamos perdido la esperanza y esta posibilidad nos ha devuelto las ganas de vivir.

 

-¿Es cierto que ya falleció un enfermo en la provincia?

-Sí, en Moaña, y está denunciado.

 

-¿Hay muchos afectados en la comarca?

-En la plataforma solo estamos tres de Vilagarcía y uno de Sanxenxo, está claro que hay muchos más. Yo les animaría a sumarse, porque además nos ayuda pisicológicamente, y el que no quiere no tiene por qué dar la cara. (Tfno de contacto: 619 049 648).

concha barreiro vilagarciana afectada de hepatitis c

«Cuando lo supe era joven, podía no tener síntomas en 30 años y no le di importancia»

«A los políticos les sobra tiempo; para ellos es un día más pero para nosotros es un día menos»

«Me sentía respaldada por la sanidad pública, estaba tranquila, y hoy tengo dudas»