Las inundaciones amargan la Navidad a 80 familias de Gondomar

Monica Torres
mónica torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

Xoán Carlos Gil

El Concello reclama la declaración de zona catastrófica por los daños

29 dic 2022 . Actualizado a las 16:46 h.

«Cada vez que llueve con algo de fuerza pasamos la noche en vela y siempre pendientes de las mareas». Anais Táboas explica así el temor que tanto ella como sus vecinos de la plaza de Rosalía de Castro en Gondomar sienten ante cada crecida del río Miñor. Las 80 familias del edificio Ribeira Magna aseguran estar también desesperados y temerosos ante las nuevas previsiones meteorológicas que hablan de lluvias torrenciales para el fin de semana.

Fueron víctimas directas del último desbordamiento del Miñor, que en Nochebuena volvió a salirse de su cauce al paso por el casco urbano, inundando el centro de desarrollo local y la zona de la plaza de abastos. El agua anegó por completo el garaje y los trasteros del edificio, ubicado en la rúa das Ánimas. El jefe del servicio de emergencias desplegado indicaba que la inundación era de más de 7.000 metros cúbicos de agua. El edificio se quedó sin agua caliente y con el servicio de ascensores interrumpido. Afortunadamente, muchos vecinos lograron sacar a tiempo sus vehículos y algunos guardaron sus motocicletas dentro del portal.

«Pasaron ya cuatro días y mucha gente aún no ha podido abrir los traseros porque, con el agua se desplazó todo lo que guardaban y están tapadas las puertas»

Indica que en Nochebuena resultaron daños «unos 7 coches, 14 motos y muchos trasteros». En vísperas de una Nochevieja pasada por agua, aún no han ido ni los peritos de los seguros por lo que los trasteros, por ejemplo, siguen como quedaron tras la inundación del fin de semana pasado. «Nadie asume responsabilidades. El alcalde sí que ha venido ya tres o cuatro veces y está haciendo todo lo que puede, pero estamos desesperados y necesitamos alguna reacción también de la Xunta», afirma. Fernández estaba cenando en casa de sus padres el sábado cuando le avisaron de los que estaba pasando. «La vez anterior, una semana antes, el agua había subido 15 centímetros, pero esta vez superó los 2,8 metros de altura porque sobrepasó el garaje y llegó al descansillo», manifestó el portavoz vecinal. «Los coches que resultaron afectados no creo que sirvan ya y de nada creo que valga tampoco todo lo que haya en los trasteros de los 84 vecinos», advierte.

A última hora de ayer estaba prevista una reunión de vecinos para evaluar la situación con la asesoría, pero su prioridad es normalizar la situación y evitar más inundaciones. El alcalde, Francisco Ferreira, confirmó que solicitará a la Xunta y al Consejo de Ministros «la declaración de zona catastrófica por los daños producidos por las inundaciones». Pide que comiencen de inmediato las obras necesarias que puedan paliar o mitigar las inundaciones, así como la limpieza de los ríos Zamáns y Miñor, anunciadas y adjudicadas ya a la constructora Prace.

«Los daños son cuantiosos. Bajos anegados, negocios cerrados, viviendas inundadas, destrozos en viales, zonas ajardinadas, edificios municipales o derrumbe de taludes y muros. Es hora de restituir la normalidad y ejecutar las obras necesarias que desde el 2015 venimos exigiendo», explica el regidor. «Desde el Concello daremos toda la información, ayuda y asesoramiento a los afectados, y nos ponemos a su entera disposición», manifestó.