Lo más complejo, además de conseguir las preceptivas licencias, es la preparación del espacio, porque han de preparar la red de saneamiento e instalar el sistema de energía fotovoltaica. «Sería lo que más tiempo llevaría porque los alojamientos solo hay que colocarlos y mantenemos hasta la topografía natural del espacio», señalan. Aún así precisan de unos seis meses, calculan, para ejecutarlo por lo que, aunque consigan todas las bendiciones pronto, la inauguración no puede ser hasta otoño. No sería problema tampoco ya que su pretensión es estar abiertos todo el año, generando unos ocho puestos de trabajo, tras una inversión de 250.000 euros y ayudando a centrifugar nuevos proyectos de turismo sostenible.
«Buscamos completar la oferta de alojamiento turístico. Nuestros clientes podrán ir andando al centro de Gondomar y pensamos que sea dog friendly, en la línea que ya promueve el Concello con su parque», avanzan.