Obligados a dar clase entre ladridos en un instituto de Gondomar

Monica Torres
m.torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

cedida

Al tener que tener las ventanas abiertas por el protocolo contra el covid, el ruido de la jauría impide a alumnos y profesores mantener la actividad en numerosas ocasiones

14 feb 2021 . Actualizado a las 01:55 h.

Profesores y alumnos del IES Terra do Turonio de Gondomar tienen que convivir a diario con los ladridos procedentes de una perrera privada situada a tal solo 15 metros del centro. No están acostumbrados, pese a que llevan veinte años reclamando antes todas las administraciones con competencias y suman incluso denuncias ante la Guardia Civil, pero la situación ha empeorado gravemente al tener que mantener las puertas y ventanas abiertas como indica el protocolo sanitario por el covid. «É incompatible ter un instituto ao lado dun lugar no que se gardan cans de caza. É molesto para os profesores e para os alumnos e mais agora co tema de ter todo aberto», asegura Álvaro Parrilla, alumno de tercero de la ESO. «É un problema de saúde e de educación. Ás veces temos que parar as clases, hai alumnos que non poden escoitar», explica el profesor Santiago Veloso.

La directora Susana Franco, que ha llamado a numerosas puertas sin conseguir una solución, advierte una vez más del impacto tras no conseguir que prosperase una moción conjunta de la oposición de Gondomar en el último pleno. «As actividades molestas e insalubres están contempladas na lexislación e o Concello é o responsable de aplicar a normativa. Se uns cans molestan e impiden dar as clases a máis de 300 alumnos, non se pode invocar o dereito dos animais a ladrar, iso é demagoxia», sostiene Susana Franco en alusión al voto en contra del regidor, Francisco Ferreira.

La moción instaba al gobierno local a llegar a un acuerdo «satisfactorios para todas las partes» con el el propietario de la perrera y, en caso contrario, iniciar los trámites oportunos para que se solucionen de una vez «as molestias que padecen os alumnos a causa dos ladridos e que perturban claramente o desenvolvemento da actividade educativa». La propuesta pretendía que, además, se ampliará la entrada de aparcamiento para evitar que vehículos particulares estacionen en la zona de los autobuses durante el horario lectivo. «Seguiremos a denunciar esta situación en todos os ámbitos e por todos os medios. Dende o 2000 temos acudido a diversas instancias, sendo obxecto de sancións e inspeccións sen que se teña solucionado a situación por parte do Concello», insiste la directora.