El banco de Gondomar respalda tres negocios con microcréditos de vecinos

Monica Torres
mónica torres GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

cedida

Una tienda de ropa, un vivero y un horno de leña reciben la ayuda a través del Concello

21 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mini créditos, préstamos rápidos, préstamos sin aval... Las cláusulas sorpresa de este tipo de productos ahuyentan normalmente a quienes realmente necesitan un pequeño colchón financiero. Pero tres vecinos de Gondomar se han apuntado a los microcréditos que concede el primer banco público gallego para emprendedores que el edil de Comercio e Turismo de Gondomar, Xosé Antón Araúxo, puso en marcha hace un par de meses.

Joselín Sánchez, Edward Guigoures, y Nicolás Riera son los primeros clientes de este fondo creado «para favorecer o desenvolvemento de pequenos proxectos produtivos, para que os que teñan dificultades para acceder a créditos poidan desenvolver actividades por conta propia para vivir dignamente». Detrás de sus proyectos hay otras tres personas que han invertido hasta un máximo de 3.000 euros, según el caso. Las dos partes se benefician de este tándem supervisado por el departamento de Araúxo, que pone en contacto y asesora a prestamistas y prestatarios.

«Os prestamistas valoran tanto a parte social, porque respaldan proxectos de calidade no rural, e económico porque aos cinco anos os 3.000 euros apórtanlle 360 euros de beneficios que non lles daría ningún banco», indica el edil de Manifesto Miñor. La fórmula funciona porque ya hay varios prestamistas interesados y no solo de la villa.

«La idea rondaba hace tiempo en mi cabeza pero los bancos te piden demasiados requisitos, así que estos microcréditos fueron el empujón final para lanzarme», explica la flamante propietaria de Quarzo, su tienda de ropa de mujer apadrinada por un microcrédito de 3.000 euros. Gracias a este respaldo se ha convertido en empresaria con 43 años. «Estoy feliz, vamos bien aunque este mes de agosto ha sido un poco flojo. En la zona hay otras tiendas pero todas nos complementamos porque ofrecemos cosas distintas, a ver qué tal dentro de un año», dice Joselín, uruguaya que se ha asentado en Gondomar tras el regreso de sus padres, emigrante retornados de Peitieiros.

Nicolás Riera Nava no está solo en su proyecto. Además de los 2.000 euros del microcrédito, otras tres personas se suman a la iniciativa que nace con intención de crecer aún más. «Todo el mundo que tiene huerta compra las plantas en tiendas de distribución o fitosanitarias porque no hay plantel ecológico, que es lo que vamos a ofrecer nosotros», indica el promotor. Algunos de sus compañeros están en paro así que este es un proyecto de vida, «que esperamos pueda crecer para ofrecer más empleo. Hay demanda de estas plantas pero hasta ahora todo viene de Cataluña, con el correspondiente encarecimiento del producto», manifiesta el promotor del futuro invernadero de plantel ecológico de Donas.

«El pan artesano no tiene nada que ver con cualquier otro, yo no tengo ni amasadora», desvela Edward Guigoures. Hace ya un par de años que está al frente de El horno del abuelo, en Donas. Con un microcrédito de 1.000 euros ha podido acabar unos detalles de su negocio. «Los bancos te agobian más que ayudar, esto sí es interesante», considera.