Salvan a una perra famélica y los acusan de robo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GONDOMAR

PITA

La dueña de la bóxer «Quira» lleva a juicio a la protectora Bai sen Pulgas por retener ocho meses a su mascota

04 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La presidenta de la Protectora de Animales Bai sen Pulgas, Tatiana Álvarez, se sentó ayer en el banquillo porque la dueña de una mascota denunció a la oenegé por un delito leve de apropiación indebida. Les acusa de retener ocho meses a su perra de raza bóxer Quira pese a sus reclamaciones para que se la devolviesen. La Fiscalía pide una multa de 360 euros para la activista.

La protectora de O Val Miñor alega que se hizo cargo del cuidado del can después de que una vecina encontrase el pasado febrero a la mascota vagabundeando por una carretera de Peitieiros, en Gondomar, con aspecto enfermizo y famélico. «Venía cabizbaja y con nosotros se puso gordita», dijo una activista.

La dueña contó otra versión. Asegura que en febrero desapareció de su casa con finca. Tras cuatro días de angustiosa búsqueda se enteró de que la protectora anunciaba en Facebook el rescate y la insultaban y llamaban maltratadora. La Guardia Civil le comunicó que no podían devolverle a su bóxer porque la protectora había interpuesto una denuncia contra ella por un presunto maltrato animal. Decían que vivía abandonada en un garaje y que presentaba un aspecto famélico, infecciones de piel y su aspecto triste delataba la falta de cuidados.

Sin embargo, la denuncia fue archivada en abril y la propietaria reclamó la devolución de su mascota. Debió esperar medio año hasta que, por fin, recuperó a su bóxer la pasada semana, justo unos días antes del inicio del juicio, que se celebró ayer en el juzgado de instrucción número 5 de Vigo. La dueña contó entre sollozos que, a su regreso a casa, soltó a Quira, «corrió por el jardín y se frotó en la hierba porque la tenían en una jaula. Ahora duermo con ella y come en mi mano. Estaba gordita pero triste».

La protectora asegura que quiso devolver la perra pero la dueña nunca se puso en contacto con ellos. Fueron dos veces a la finca y no encontraron a nadie. Mantienen que sus animales dan paseos y solo a la noche van al canil.

El veterinario que atendió a la perra abandonada dijo que presentaba un «estado lamentable, delgada, con lesiones en la piel y deshidratada», lo que atribuyó a una enfermedad crónica o a un mal cuidado. «Mejoró con la alimentación, comía con gana, tenía apetito, la vida de la perra corría peligro y debe tomar medicación por un problema de corazón», dijo y la dueña se echó a llorar.