Piloto del viaje desde la base a Superdivisión

J.Davila VIGO / LA VOZ

GONDOMAR

XOAN CARLOS GIL

Con solo 26 años, Samuel Pereiro se encarga de preparar a todas las categorías del AD Vincios de tenis de mesa

29 ago 2016 . Actualizado a las 23:03 h.

El AD Vincios de tenis de mesa es una cuestión familiar. Samuel Pereiro se inició en el deporte cuando su padre formó el club hace ya veinte años y su hermano era uno de sus jugadores. Desde ese momento, ha ido creciendo en la entidad gondomareña hasta llegar a ser el entrenador de todas las categorías. Una pieza fundamental en el engranaje del AD Vincios.

«Empecé porque mi padre montó el equipo de tenis de mesa en Vincios donde jugaba mi hermano, tenía yo 9 años y he estado toda mi vida en el Vincios», describe Samuel. Hombre de un solo equipo, el progreso de la primera plantilla del conjunto hasta llegar a la Superdivisión, máxima categoría del tenis de mesa nacional, convirtió a Samuel en el entrenador de toda la familia del Vincios. El joven preparador nunca dudó de su elección deportiva: «Me gusta porque hay muchos más efectos, son puntos muy rápidos y es un deporte muy técnico, donde tienes que decidir y pensar bien la jugada porque si no estás perdido».

El AD Vincios ha conseguido este año el ascenso a Superdivisión por primera vez en su historia. «Jugaremos contra deportistas que disputaron las Olimpiadas. Tenemos que doblar el presupuesto para poder permanecer en la categoría. Podría haber más apoyos de empresas privadas y de la administración pública, porque estamos en Primera, igual que el Celta en fútbol».

El salto a Superdivisión obligará a la entidad a aunar esfuerzos para conseguir mantenerse, aunque siempre sin olvidar la base: «Estamos en torno a 80 jugadores en todas las categorías, desde prebenjamines a veteranos», una cifra que no puede ser mucho mayor por las instalaciones con las que cuentan: «El año pasado tuvimos un año muy bueno de captación, aunque no tenemos mesas de sobra ni sitio para poder ampliar el número de chavales, estamos un poco limitados en ese sentido», explica Samuel Pereiro. El AD Vincios entrena y juega en el pabellón del IES Terra de Turonio.

A pesar de las barreras con las que cuenta el club, la metodología pasa por formar a los niños desde la base para que algún día puedan jugar con el primer equipo. «De pequeños aprendemos los gestos y la movilidad. Después llega el trabajo con multibolas, con ejercicios específicos de repetición y después práctica de mesa con otro compañero», detalla Samuel. Para lograr jóvenes talentos, los gondomareños se mueven desde hace dos años por los colegios del Val Miñor para «enseñar el deporte, hacer demostraciones o lo que nos pidan», todo ello para promocionar el tenis de mesa en Gondomar.

Todos los niños están invitados a probar el deporte, porque según Samuel «cualquier persona puede practicarlo», aunque a partir de infantiles sobresalen algunas cualidades físicas de los chicos: «Necesitamos potencia porque son puntos de 4 o 5 segundos, entonces, más que resistencia, queremos aceleración, reacción y explosividad».

Contra toda creencia popular, el tenis de mesa requiere de un gran esfuerzo físico y la mejora técnica se ganará con muchas horas de trabajo: «El Superdivisión entrena todos los días mañana y tarde, sobre cinco horas diarias. Los equipos de la base en torno a tres días y ocho horas semanales», apunta Samuel. En un deporte de tal rapidez, la capacidad mental es otro de los factores que se refuerzan para lograr la excelencia: «Un buen jugador necesita primero concentración, mucha confianza en uno mismo y claridad mental. Es importante al llegar a un nivel alto tener claro lo que vas a hacer y lo que te pueden hacer».

Los recientes Juegos de Río permitieron observar multitud de deportes que normalmente no están presentes en la agenda televisiva. De todas formas, esta visibilidad no contribuye de forma notoria según Samuel: «Los Juegos siempre ilusionan a la gente, aunque no sé si influirá para que alguien se haga miembro de un deporte minoritario».

Río también permitió reafirmar la hegemonía de China en el tenis de mesa, donde considera que es difícil robarle el mando a los asiáticos como ocurrió en bádminton: «Es imposible, en tenis de mesa hay una variedad casi infinita de golpes, y el trabajo de los chinos es increíble. No están un escalón por encima, están cuatro o cinco».