El dueño de los perros de Covelo podría enfrentarse a entre uno y tres años de cárcel

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

COVELO

El hijo de la mujer herida señala el lugar del ataque
El hijo de la mujer herida señala el lugar del ataque Carlos Ponce

Puede ser juzgado por un delito de lesiones por imprudencia, agravado por las graves heridas de la mujer que fue atacada

13 nov 2017 . Actualizado a las 16:47 h.

El dueño de los perros que atacaron a una mujer de 82 años en Covelo el pasado fin de semana se puede enfrentar a entre uno y tres años de cárcel si el juzgado decide confirmar que lo investiga por un delito de lesiones por imprudencia. Con casi toda probabilidad, la vía penal seguirá adelante en los juzgados de Ponteareas ante la gravedad de las lesiones causadas, según explicó a Europa Press el abogado compostelano Evaristo Nogueira. De hecho, la propia Guardia Civil, al margen de las diligencias administrativas -por no contar con los papeles de los perros en regla- abrió la investigación a la vía penal contra el acusado, que tenía en su casa dos canes de razas potencialmente peligrosas -cruce de dogos de Burdeos con bóxer- sin identificar debidamente. De esta manera, al margen de la aplicación de la ley gallega de bienestar animal, en la que se recogen multas administrativas para los casos más graves que pueden ascender hasta los 30.000 euros, el ataque del pasado sábado día 4 de noviembre entra dentro de los supuestos del Código Penal.

Un delito de lesiones imprudentes tiene una pena de tres a seis meses, además de la responsabilidad civil. Pero va más allá en los casos graves, es decir, si la lesión causa pérdida total de un órgano o miembro principal o de un sentido, impotencia, esterilidad, grave deformidad física y grave enfermedad somática o psíquica. El caso de Covelo entra en este supuesto, toda vez que la mujer, que se recupera de sus heridas, ha perdido las dos piernas como consecuencia del ataque de los perros. Además, tal y como explicó el jurista, su hija, que presenció los hechos, también podría reclamar por las secuelas que sufra.