Recital gallego en la primera jornada de medallas de la Copa del Mundo de Racice

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo REDACCIÓN / LA VOZ

CANGAS

El K4 500 español, recogiendo la medalla de oro de la primera prueba de la Copa del Mundo 2022 de piragüismo esprint, con Marcus Cooper Walz ausente por tener en paralelo la final del K1 500.
El K4 500 español, recogiendo la medalla de oro de la primera prueba de la Copa del Mundo 2022 de piragüismo esprint, con Marcus Cooper Walz ausente por tener en paralelo la final del K1 500. RFEP

El K4 500 de Teresa Portela y Carolina García cierra su puesta de largo colgándose la plata en la primera prueba internacional del ciclo olímpico y el masculino de Carlos Arévalo y Rodrigo Germade se hacen con el oro metiéndole 1,62 segundos al alemán. El poiense Adrián Sieiro es plata en el C2 500 a 11 centésimas de los sevillanos García y Martínez

21 may 2022 . Actualizado a las 19:52 h.

La segunda jornada de la primera Copa del Mundo 2022 de piragüismo de esprint ha arrancado en la mañana de este sábado en las aguas checas de Racice con un festival gallego y español en las finales de barcos olímpicos. Con triunfos del K4 500 del betanceiro Carlos Arévalo y el cangués Rodrigo Germade y el C2 500 de los sevillanos Tano García y Pablo Martínez, escoltados en el podio por el poiense Adrián Sieiro y el balear Joan Antoni Moreno tras un espectacular esprint final dirimido por 11 centésimas de segundo que otorga la plaza en el próximo Mundial al barco andaluz y la del Europeo a los subcampeones en Racice. Un recital que iniciaba el K4 500 femenino de la canguesa Teresa Portela y la pontevedresa Carolina García, que en su estreno internacional, devuelven a España al podio del barco rey tras años y años ausente. El bronce del balear Marcus Cooper en el K1 500, embarcación fuera del programa de los Juegos, poco más de media hora después de su entrega al K4 500 redondeó la mañana del equipo nacional hispano, que con cinco medallas, se sitúa al frente del medallero de la cita checa.

Casi 14 años habían pasado desde que Teresa Portela se batía el cobre a bordo de un K4 500 en una gran competición internacional. Casi tres lustros después de aquel quinto puesto en la final de los Juegos de Pekín 2008, con el que sumaba el tercer diploma de su extensa y singular carrera olímpica. Esta mañana, en la primera Copa del Mundo 2022 en Racice, República Checa, la canguesa capitaneó la primera medalla en el panorama internacional de un K4 500 femenino en mucho tiempo. Ofreciendo la primera muestra de lo mucho que puede llegar a dar de sí el grupo nacional de kayak femenino montado alrededor de Teri Portela y su entrenador, Daniel Brage, en Pontevedra. Con la asturiana del Kayak Tudense Sara Ouzande de marca, la pontevedresa Carolina García de dos, la catalana Laia Pèlach en el tercer asiento y Portela cerrando el barco, el K4 hispano remontó una discreta primera mitad de regata, que completó atravesando la línea de los 250 metros en penúltimo lugar; a 1,19 segundos del equipo australiano, el mejor en el primer parcial, y a 0,8 del polaco, a la postre ganador. El final del kayak español fue demoledor, remontando seis puestos, con el K4 polaco como única asignatura pendiente: segundo en 1.32,94, a 0,83 centésimas de la embarcación ganadora (1.32,11). El otro K4 español en la final, el formado por Bárbara Pardo, Elisa Zapata, Míriam Vega y Carla Corral, cerró la prueba en 1.35,18, a 3,07 segundos del ganador. 

El foco de atención de la selección española en la segunda jornada de la Copa del Mundo de Racice se trasladó casi de inmediato a la final del K4 500 masculino. De partida, llamada a un nuevo cara a cara entre las tripulaciones alemana e hispana, dominadoras sin más rivales en el anterior ciclo olímpico, con el equipo teutón llevándose el gato al agua en la regata por las medallas de Tokio justo por delante del español. Y así parecía que iba a volver a ser en la final de Racice. Los alemanes, con un cambio en su cuarteto respecto al anterior ciclo olímpico tras la retirada de Ronald Rauhe y la entrada de Jacob Schopf, plata en el K2 1.000 de los últimos Juegos, marcaron la prueba al paso de su ecuador con un registro de 38,85, con el cuarteto formado por Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade justo por detrás a 19 centésimas de segundo. Pero en el momento de pisar el acelerador y demostrar toda la potencia de un barco puntero, el K4 500 hispano se halló sin rival, ganando en 1.19,32 y sacándole medio kayak al cuarteto ucraniano (1.20,29, + 0,97 segundos). La tripulación lituana se colgó el bronce en 1.20,68, adelantando a la germana, cuarta en 1.20,95, 1,62 segundos más que los empleados por su gran rival del sur. 

Nada más acabar la regata por las medallas del K4 500 masculino arrancó la que ponía en juego el podio del C2 500 masculino. Una final convertida en un festival español, con los sevillanos Tano García y Pablo Martínez, diploma en Tokio, entonces sobre 1.000 metros, imponiéndose en 1.37,87 en un espectacular esprint final con el poiense Adrián Sieiro y el balear Joan Antoni Moreno, que se colgaron la plata a tan solo 11 centésimas de segundo de sus compatriotas (1.37,98) por delante de los italianos Nicolae Craciun y Daniele Santini (1.38,08, + 0,2 segundos de los ganadores).