Al peto de ánimas de Cangas le sobran cuatro manos de pintura

Monica Torres
mónica torres CANGAS / LA VOZ

CANGAS

Árbore arqueoloxía

Un análisis determinará los pigmentos originales del año 1878

23 jun 2021 . Actualizado a las 00:53 h.

Al peto de ánimas de A Madalena le sobran unas cuatro manos de pintura. El Concello promueve la recuperación de este conjunto de Ignacio Cerviño así como de la escultura Vento de Proa de Manuel Coya y de las dos obras de Xoán Piñeiro instaladas en los jardines de Félix Soage. La intervención pretende devolverle el esplendor a estos cuatro monumentos, pero en el caso del curioso peto con cruceiro incluido quedará pendiente recuperar su colorido original y, por lo tanto, su esencia. Árbore Arqueología, empresa encargada de su limpieza y restauración, confirma que «se ha pintado sobre la composición en al menos cuatro ocasiones y no por manos expertas».

Su mayor preocupación y atención ahora se centra en reparar el impacto que ha tenido sobre el conjunto el humo y la cera de los cirios que, a diario, dejan los devotos. La restauradora Iria López Baltar está al frente de este minucioso trabajo que comenzó hace ya días. El lavado de cara no conseguirá sin embargo recuperar la imagen original ya que las figuras policromadas en releve que lo componen han sido pintadas varias veces, seguramente con buena intención e incluso devoción, pero no por un profesional. El repintado se observa en varios puntos del conjunto, ya que el supuesto mástil de madera de la cruz es realmente pintura marrón sobre piedra, a San Miguel Arcángel le han borrado la cinta con la que ha de agarrar el saetero al cubrirlo con el mismo color carne que los brazos y la cara. Lo mismo hicieron con parte de la saeta de un ángel y con las lágrimas de las ánimas, todo en tono carne. El rosa chillón de las llamas del infierno tampoco son el tono original, confirma Árbore Arqueoloxía. La colaboración de una vecina, a la que el grupo de trabajo agradece públicamente su aportación, facilitará tanto la restauración como la posible recuperación de la policromía original, explica el arqueólogo Benito Vilas. Se trata de la vecina que guardó dos detalles que se habían roto; el ala de un ángel y una mano de una de las ánimas.

«Gracias a ela imos poder coselas de novo e desas pezas sacamos as escamas que xa mandamos a Universidade de Santiago para que analicen as pinturas e poidan establecer cal é a orixinal», avanza Vilas.

La cera y el humo de los cirios atentan contra la integridad del conjunto así que, cuando acabe la intervención se pondrá un metacrilato para evitar la exposición y se restaurará la verja de forja. Se hará una estructura anexa para que los devotos puedan seguir poniendo velas sin afección.