Políticos y términos náuticos

José Vicente Domínguez
josé vicente domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

CANGAS

17 jun 2021 . Actualizado a las 11:49 h.

Los políticos de secano son quienes más utilizan términos náuticos como símiles negativos para aplicar al contrario. ¡Y mira que hay términos a lo largo y ancho de nuestra tierra vaciada sin necesidad de recurrir al sufrido mar! Pero les gusta el agua salada, aunque no sepan distinguir una cona de Cangas de un racú, una dorna de un laúd o un bou de una baka. Lo importante es que se sepa que sus contrarios navegan sin rumbo o sin capitán, sin gobierno o sin timonel, si tocan fondo, si abaten por el viento o si van a la deriva porque los lleva la corriente. ¡Qué más da! Desde que aprendieron la canción del pirata, se lanzan viento en popa a toda vela lo mismo haya tormenta que bonanza, buscando la presa a despecho de quien sea.

¡De acuerdo, de acuerdo! Reconozcamos que a veces es difícil argumentar fuera de símiles marineros. Si decimos que algo se hunde y sobre todo en verano, no pensamos en la bolsa; ni al decir que no lleva compás, se interpreta como carente de ritmo o salsa caribeña. Y embarrancar no nos lleva a pensar que nos deslizamos por un barranco. Pero aun así, hay que tener cuidado con el significado de los términos náuticos, porque no todos son malos. Por ejemplo, se puede navegar a rumbo de colisión y, para evitar el abordaje, caer a babor o a estribor, reducir o aumentar velocidad y así evitar el desastre. Claro que lo de babor y estribor, para los de tierra adentro, se puede prestar a confusión. Tomen nota de esta regla mnemotécnica: Si gaviotas ves a babor, el otro lado es estribor. Nunca falla. De nada.

Luego están a quienes no les gusta navegar dando bandazos o contra corriente. Pues amigo político, si vas en barco de Vigo a Canarias y el viento es de poniente, mejor no vayas a Canarias y pon proa a las Azores. Es que en este término, más que en ningún otro, suelen confundirse los políticos amantes de la marina del parque del Retiro: bandazo es un balance inesperado y de gran amplitud. Ya ven que no todo es lo que parece y gobernar dando bandazos, no significa ir cambiando de rumbo continuamente. Eso, los amantes de la vela solemos decir que es ir dando bordadas, ciñendo escorados y trasluchando de una banda a otra para ganar barlovento. Ya saben, lo contrario es sotavento; único lugar por el que se escupe y se mea. Por cierto, para bordar de esta manera no hace falta el bastidor. Somos así de raros. Y luego está la manía con los remolcadores. ¡Ustedes van a remolque! Pues sí, es imprescindible en muchos casos, pues nadie está libre de que se produzca una avería imprevista en la máquina o en el gobierno y echar el ancla no sea lo mejor. Y es aquí cuando la oposición debería, al menos, facilitar el cable del remolque. No estoy pensando en Marruecos.

Por último amigos políticos, las vías de agua no son deseables; y como hechos imponderables e imprevistos que suelen ser, los políticos no deberían alegrarse de tal situación. Más bien tendrían que estar prestos en facilitar un buen pallete de colisión o cemento rápido que también actúa, en lugar de ver, cual mascatos o gaviotas, como se hunde o se desguaza el barco, y después alardear que se paga con el seguro del PP. Amigos políticos, cuando se avecina tormenta en puerto inseguro, antes de que falten las amarras, intenten reforzarlas.