Galicia mete 8 barcos en la única prueba internacional de piragüismo de esprint del año covid-19

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

CANGAS

El cangués del Breogán do Grove David Barreiro, en el C1 1.000, Antía Jácome y Antía Otero, del E.P. Ciudad de Pontevedra, en el C2 500, y el tomiñés del Kayak Tudense Roi Rodríguez, en el K1 y K2 500, multiplican la representación galaica en la última jornada del selectivo de Verducido

06 sep 2020 . Actualizado a las 21:53 h.

Balance de lo más fructífero para el deporte gallego de la pala en el selectivo que la Real Federación Española de Piragüismo ha celebrado a lo largo de los tres últimos días de la semana en el embalse pontevedrés de Verducido. Un proceso para la elección del equipo nacional que participará en la única prueba internacional de la modalidad de esprint de este extraño 2020 marcado por la pandemia del covid-19. En la Copa del Mundo de Szeged (Hungría, 24 al 27 de septiembre) serán ocho, con posibilidad de un noveno, los barcos con pasaporte gallego.

En la jornada dominical, mediatizada por la presencia de un viento que castigó por desigual a los piragüistas en el agua, David Barreiro, cangués del Breogán do Grove, se hizo con la plaza en el C1 1.000 imponiéndose en 3.56,101 con más de un segundo sobre Ignacio Calvo (E.P. Aranjuez, 3.57,488). En la canoa femenina la pareja del Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra formada por Antía Jácome y Antía Otero ganó con holgura la final por el billete a Szeged en el C2 500, con un crono de 2.01,206 con Patricia Coco y María Corbera (C.D. Cisne) segundas en 2.04,388. Jácome había conseguido el sábado plaza también en el C1 200 como segunda de su final A, en una de las contadas modalidades en las que la RFEP puso dos plazas en juego para Szeged.

En el kayak, el tomiñés del Tudense Roi Rodríguez se confirmó como uno de los grandes nombres del selectivo al conseguir en la jornada de clausura también las plazas en el K1 y K2 500. En la primera con un tiempo de 1.40,560, con Pelayo Roza a la estela de su popa en 1.41,342 (el viveirense Cristian Toro acabó cuarto, en 1.42,680). Con Albert Martí, catalán afincado en Tui, Deportista Galego de Alto Nivel y compañero en el Kayak Tudense, Roi Rodríguez le ganó la partida por tan solo 38 milésimas de segundo a la pareja del S.C.D. Ribadesella formada por Pelayo Roza y Pedro Vázquez: 1.30,725 frente a 1.30,763.

Roi Rodríguez ya había obtenido el viernes en Verducido, en la primera jornada del selectivo, la segunda plaza ofertada por la Real Federación Española de Piragüismo en Szeged en el K1 1.000, tras ganarle la partida a su compañero de club Albert Martí por 248 milésimas de segundo, 3.44,455 por 3.44,703. El talaverano Francisco Cubelos ganó la final con suma autoridad: 3.40,610. Además, desde el Kayak Tudense su director técnico, Esteban Alonso, da por hecho que la RFEP concederá a Rodríguez y Martí la posibilidad de inscribirse también en el programa del K2 1.000 de Szeged tras su segundo puesto en la final directa sabatina.

Además, Galicia contará en la única prueba internacional de esprint del 2020 con el poiense Adrián Sieiro en el C2 1.000, barco español del que había sido titular en el 2019 formando en esta ocasión pareja con el andaluz del Rodeira de Cangas Cayetano García de la Borbolla ante la lesión de su compañero habitual, Sergio Vallejo. También viajará a Hungría la palista del Kayak Tudense Lara Fejioo, segunda en el K1 200. En su caso, explicó el director técnico de su club, por decisión de su compañera Sara Ouzande, ganadora del selectivo, de empezar a descansar toda vez que «o seu obxectivo», cuenta Esteban Alonso, «era medirse a Teresa Portela. Sara aspira a gañarlle a praza para Tokio, e se Teresa Portela está de vacacións xa (la canguesa decidió no acudir al selectivo), prefire descansar coma ela e non cargarse de tres semanas máis de traballo» con la vista puesta en el próximo año olímpico.

Cristian Toro, la satisfacción de dos cuartos puestos

Sobre el papel, llama poderosamente la atención la ausencia de Cristian Toro del listado de palistas clasificados en Verducido para la Copa del Mundo de Szeged. El viveirense del Fluvial de Lugo, vigente campeón olímpico en el K2 200 (Río de Janeiro), prueba hoy desaparecida del programa de los Juegos, llegaba al selectivo con el objetivo de hacerse con la plaza en el K1 200. De hecho, parecía no tener rival, al no acudir a Pontevedra ninguno de los otros tres hombres top de la distancia y rivales por un asiento en el codiciado K4 500 en Tokio 2021, Saúl Craviotto, Carlos Garrote y el betanceiro Carlos Arévalo. Pero Toro acabó el sábado cuarto en la final del K1 200. Lastrado por un problema en la salida.

«Hizo muy mal tiempo. El sistema de salida estaba sobre el agua, y la proa de mi embarcación se me metió debajo, retenida». El percance obligó al de Viveiro a vaciarse para ponerse a la par del asturiano Juan Oriyés, dominador de la regata. «En un momento me puse a su altura, pero ahí pagué el esfuerzo» para recortar lo perdido por lo que, viendo que no le quedaba combustible para ganar y hacerse con la plaza en la Copa del Mundo, bajó el pistón a unos 20 metros de meta. Una decisión que relegó a Toro al cuarto puesto final con un tiempo de 37,108, 1,6 segundos más que el firmado por Oriyés para ganar. En la jornada dominical el campeón olímpico cerró su participación en el selectivo con otro cuarto puesto, en el K1 500, con un crono de 1.42,680, por el 1.40,560 del vencedor, Roi Rodríguez, el 1.41,342 de su compañero en el Fluvial de Lugo Pelayo Roza y el 1.42,209 de Enrique Adán, del E.P. Aranjuez, tercero.

Preguntado por la valoración de su actuación en Verducido, Cristian Toro declara que, más allá de la final del K1 200, una experiencia que «me sirve de llamada de atención para entrenar mejor la salida; la semifinal del K1 200 y la final del 500 demostró que estoy en un muy buen momento de forma». En la primera, ganando su serie eliminatoria sacándole nada menos que 1,2 segundos al siguiente palista en entrar en meta, Enrique Adán, y empleando 1,7 segundos menos que el vencedor de la otra semifinal, Juan Oriyés. Y en la final del medio kilómetro, «compitiendo hasta los últimos metros con los tres últimos titulares del K1 500 de España» a nivel internacional en una distancia en la que, apunta Toro, «llevaba 10 años sin competir».

De vuelta a Madrid, donde tiene su residencia familiar, el de Viveiro esperará, dice, a recibir instrucciones de la Real Federación Española de Piragüismo sobre la hoja de ruta de su preparación como uno de los seis kayakistas que se han ganado el derecho a optar a una de las cuatro plazas del ya clasificado K4 500 hispano para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.