Moisés Simes: «Llegué a dudar de si tenía nivel para jugar en Asobal»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

CANGAS

XOAN CARLOS GIL

El extremo del Cangas lleva 10 temporadas en el equipo y ya ha renovado para la undécima

06 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Moisés Simes (Bueu, 1988) lleva diez años como jugador del Cangas. A sus 32, comenzó tímidamente con el primer equipo e incluso reconoce que llegó a dudar si estaba preparado para jugar a ese nivel. Pero el paso de los años se encargó de dejar patente que sí y ya hace varias temporadas que es una pieza imprescindible. Ahora se prepara para su undécima campaña vistiendo la camiseta del conjunto cangués.

-¿Cómo fueros sus inicios en el balonmano?

-Tendría unos cinco años y mis primos mayores jugaban. Creo que no había aún ni el pabellón de Bueu y jugábamos en el colegio, detrás de mi casa. Seguí sus pasos y me gustó mucho desde el principio. En general, me gustan los deportes y durante un tiempo compaginé balonmano y taekuondo, aunque sin llegar a competir en este último.

-¿Cómo fue el cambio e Bueu a Cangas?

-Estuve en Bueu hasta los 19 o 20 años, que lo dejé a mitad de temporada, pero seguí entrenando por mi cuenta en Redondela. Tenía dos primos entrenando en Cangas y a la temporada siguiente les dije si podían hablar con el entrenador para que fuera a echar una mano al equipo de segunda nacional. La idea no era jugar, ni siquiera tener ficha, pero me dijeron que contaban conmigo y así empezó todo.

-¿Qué balance hace de estos diez años que han transcurrido?

-Todo es positivo. Siempre te hace ilusión aunque sea solo entrenar con el equipo de arriba. El primer año nada de eso, pero el segundo, por un golpe de Adrián Rosales ya me llamó Pillo y desde ahí empecé a entrar con los compañeros de arriba. Entrenaba y jugaba con los dos equipos y con los dos fenomenal. Ahora llevo ya entre ocho y nueve temporadas en el primer equipo.

-¿Cómo recuerda el debut?

-Estar con toda esa gente ya solo calentando antes del partido fue increíble. Debuté creo que en una fase de ascenso, no estábamos siquiera en Asobal. Era una sensación genial, de las que te ponen los pelos de punta.

-¿Se imaginaba años antes poder llegar a jugar a ese nivel?

-La verdad es que no, lo veía realmente muy lejos, como algo inalcanzable para mí.

-¿Y cómo ha evolucionado en estos años?

-La primera y la segunda temporada no fueron buenas para mí a nivel personal. No estaba fino, me faltaba mucho comparado con mis compañeros. Pero hay que cabrearse con uno mismo, ponerse a entrenar a tope, trabajar, que es lo que te lleva a evolucionar y mejorar, a superarte y a hacerlo mejor.

-¿Llegó a dudar de si tenía nivel para la categoría?

-Sí que se me pasó por la cabeza. Al final pasa un año, otro, ves que estás medio estancado... Creo que fue en la tercera temporada cuando hubo ese cambio en mi cabeza de cabrearme, cambiar el chip y salirme un año bueno. También creo que me dieron más caña, confiaban en mí, creían que podía mejorar y llegar. No sé si fue por eso o por lo que fuera, el caso es que empecé a jugar mejor, a meterlas, a tener buena eficacia de lanzamiento. Me estabilicé y empecé a jugar partidos más o menos de nivel.

-También se enfrentó a un cambio de posición.

-Sí, en Bueu había jugado toda la vida de lateral y cuesta adaptarse. Son muchas cosas que tienes que cambiar: el salto, el tiro, armarlo con fuerza... Muchos aspectos que modificar. Al final llegas a Cangas y abajo no cuesta tanto el cambio, pero jugar en Asobal ya no es lo mismo, el nivel es alto y lleva su tiempo mejorar y habituarte.

-¿Cuáles han sido los mejores y peores momentos en este tiempo?

-Los mejores, las temporadas que quedamos quintos y fuimos a Europa, el partido en Rumanía... Peores no hay, ni luchar por la permanencia. Para mí es bonito pelear por algo, no sé cómo explicarlo, sé que para la afición es duro y para nosotros tampoco es fácil, pero me gusta tener algo por lo que pelear.

-¿Qué compañeros de vestuario han sido sus referentes?

-Siempre me fijé en Susiño (Susos Soliño) y la temporada que estuvo Pablo Sánchez también en él. Pero con Suso hablaba mucho de cosas de mi posición, como con David, que ya había jugado conmigo en Bueu toda la vida, con Rosales, Fer, que era el capitán. Y la relación es buenísima con todos.

«No me veo jugando más de dos o tres años, pero igual cambio de idea»

Simes compagina la faceta de jugador de balonmano con la de mecánico, a la que lleva años dedicándose. No siempre ha sido fácil, pero tampoco se planteó nunca dejar el deporte. A día de hoy, eso sí, no se ve jugando en un horizonte que supere los dos o tres años.

-¿Se le hace complicado compaginar su trabajo con el deporte?

-Lo más complicado fue cursar el ciclo superior, trabajar y entrenar. Estuve cinco años, porque empecé con una asignatura primero. Luego me pasaba de la mañana a la noche entre las tres cosas y era un agobio, pero tenía que sacarlo sí o sí. Cuando lo terminé fue una liberación.

-¿Se planteó dejarlo?

-No, pero sí que tengo en mente que dentro de poco tengo que ponerme más en serio con el taller. Si por mí fuera, querría seguir siempre, estoy cómodo, rodeado de buena gente y el balonmano es todo para mí. Nunca había estado tanto tiempo sin jugar ni entrenar como con el covid.

-Ya tendrá un peso importante en el vestuario.

-Lo vas cogiendo, pero soy como Suso, no me gusta ser capitán ni nada de eso, prefiero que vayan otros. Pero sí que hablas cosas del equipo con la gente más veterana, como Muratovic o Javi Díaz.

-¿Cuánto tiempo se ve jugando?

-Diría que dos o tres años más, tirando por lo alto. Igual luego cambio de idea, pero en principio no tengo intención de seguir mucho más allá.

-¿Le tira la faceta de técnico?

-No. A lo mejor ayudante, pero como entrenador no me veo.