El mal estado del muelle de Rodeira pone en peligro a bañistas y pescadores

manu otero VIGO / LA VOZ

CANGAS

cedidas

Los socorristas de Cangas piden el cierre del embarcadero o la creación de un nuevo puesto de vigilancia más cerca del espigón

12 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El muelle de la playa de Rodeira es un peligro. El espigón lleva años abandonado, corre serio riesgo de desprendimiento y en los meses de verano se llena de pescadores y bañistas, muchos de ellos menores, ajenos a la amenaza a la que se exponen. Las posibilidades de accidente son tan altas que la Asociación de Socorristas Profesionales de O Morrazo organizó el fin de semana un simulacro de accidente en este lugar para forma a los futuros vigilantes de la playa más visitada de Cangas. «El año pasado se cayeron unos pescadores y tuvieron que ser evacuados al hospital», recuerda uno de los directivos de la asociación, Rubén Paz, el último accidente.

La solución que proponen los vigilantes pasa por exigir al propietario del muelle, de titularidad privada, «que lo cierre o lo arregle», pide Paz. Ante la probable falta de inmediatez a la hora de tomar medidas en el muelle, los socorristas demandan más medios para garantizar la seguridad en la playa. «A día de hoy solo hay una señal que pone prohibido tirarse», lamenta el socorrista destacando la necesidad de incrementar la vigilancia con la instalación de un segundo puesto más cerca del embarcadero. «Otra solución sería tener una silla elevada o un segundo puesto hacia esa zona del arenal con un socorrista por lo menos», demanda el dirigente.

El simulacro dejó en evidencia que en caso de emergencia el tiempo de intervención de los socorristas es demasiado largo. «El muelle está al final de la playa y cualquier cosa que suceda en él afecta a nuestro trabajo. Del módulo al muelle hay 600 metros que tienen que correr los socorristas con todo el material y para cuando llegan allá, con el esfuerzo que supone correr por arena, se hace muy complicado el rescate y la realización de las maniobras de reanimación hasta que llegue la ambulancia», subraya Paz.

Ante esta situación, miembros de agrupación de socorristas subrayan la necesidad de ampliar la plantilla de salvamento en este arenal. «La playa de Rodeira se lleva cubriendo durante estos años con tres socorristas y un patrón, una playa que en agosto puede tener alrededor de 5.000 usuarios» por lo que sería necesario ampliar el personal para poder atender el segundo puesto de vigilancia.

La falta de recursos humanos en la playa canguesa ya quedó patente hace dos años. «Hubo dos ahogados simultáneos, son cosas muy improbables y sería casi imposible que se diese otra vez, pero pasó. Además, cada ahogado estaba en una punta de la playa. Una persona falleció y la otra se salvó, aunque eso ya nada tuvo que ver con el servicio de salvamento porque se consiguió dar servicio a las dos víctimas», puntualiza Paz.

El motivo por el que organizaron un ejercicio de este tipo es porque se trata de «una situación que puede darse con facilidad». En el simulacro, cuatro personas caían al agua del muelle roto de esta playa sufriendo diferentes lesiones. Una ambulancia del 061 se desplazó al lugar de los hechos para instruir a los futuros socorristas. La parte teórica del curso finalizará esta mañana con la formación en buceo de equipos de rescate a cargo de la Escuela Ollo do Mar y «el día 15 se incorporarán al servicio de salvamento en su última fase de formación como alumnos en prácticas», explican desde Aspom, la única asociación del área de Vigo sin ánimo de lucro que forma socorristas para acabar con los problemas de falta de personal cualificado al que verano tras verano se tienen que enfrentar los concellos de la ría.