El petroglifo indultado de Cangas

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CANGAS

cedida

Durante 50 años, la piedra formó parte de un horno de una panadería hasta que su propietario la vendió a una persona que la trasladó a una finca situada en A Magdalena

27 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

O Forno de Anguieiro. Así fue denominado un petroglifo andante de Cangas por sus descubridores. Benito Vilas Estévez (Universidad de Vigo y Árbore Arqueoloxía), Alia Vázquez Martínez (Universidad de Santiago de Compostela) y Miguel Carrero Pazos (Universidad de Santiago de Compostela) publicaron en el libro Arqueología computacional, de una editorial de México, las aventuras de este petroglifo que fue desgajado de la tierra, formó parte de un horno en Cangas y volvió a la naturaleza en una finca situada en Anguieiro, en A Magdalena.

«La relevancia de este petroglifo reside no solo en que había permanecido inédito sino también en su interesante historia. Es un caso particular y paradigmático en el arte rupestre gallego debido, por una parte, a que no se encuentra in situ y, por la otra, a que fue indultado», explican los autores del artículo publicado en el libro que relaciona arqueología y métodos virtuales de investigación.

Los motivos del petroglifo itinerante son geométricos, como otros del municipio de Cangas, aunque algunos de ellos están cortados debido, probablemente, a que el cantero que extrajo la roca no tuvo miramientos con el conjunto. Así que hay alguna roca en algún punto de Cangas a la que le falta una parte de un grabado prehistórico. Es imposible saber cuándo el petroglifo fue arrancado de su posición original, pero los tres investigadores sí saben que en 1928 se construyó la panadería de la calle Loureiro de Cangas, donde formó parte de su horno hasta 1975. «Desafortunadamente, ninguno de nuestros informantes sabe si el horno de pan se realizó con la piedra recién extraída de las proximidades o si por el contrario se reutilizaron piedras de una edificación anterior. Un familiar de los actuales dueños comunicó que durante el tiempo que la panadería estuvo en uso el petroglifo reutilizado carecería de valor, puesto que no funcionaba en ningún caso como reclamo y él mismo desconocía su existencia», explican en la publicación. La panadería estuvo en funcionamiento hasta el año 1978, momento en que se compró la piedra para trasladarla a su actual emplazamiento en la propiedad agrícola de Anguieiro, donde se proyectó la construcción de una bodega que nunca llegó a finalizarse. «De hecho, según nos indica el actual dueño de la propiedad, los trabajos sobre la piedra que se realizaron no supusieron ningún tipo de daño al petroglifo, gracias a que él sabía de su importancia y se interesó por preservarlo, pidiendo al cantero que lo apartara, ya que iba a ser nuevamente utilizada como aparejo de construcción y quién sabe si roto en más pedazos. Por lo tanto, podemos decir que estamos ante un petroglifo indultado en su segundo traslado, un caso paradigmático en la historia del arte rupestre gallego», añaden.

Los tres expertos esperan, en un futuro, poder determinar de qué afloramiento granítico fue extraído este panel, en función de análisis geomorfológicos y estilísticos. Su mejor arma para lograr ese objetivo es una digitalización 3D realizada de la roca. «Quizás ubicando el afloramiento se pueda llegar a proponer un estudio de remontado virtual, con el objetivo de conocer el lugar de procedencia originario de este panel y con qué otros motivos del afloramiento podría estar relacionado», sigue el artículo. El modelo fotográfico tridimensional es mucho más exacto de los calcos tradicionales o las fotografías nocturnas que se están realizando últimamente. «Cun programa informático consegues extraer as concavidades e as convexidades. Como os sucos son sempre concavos, os resaltas e consegues visualizar os motivos da rocha. Tamén permite unha vez que tes ese modelo, e é o que nos interesa nesta ocasión, restituír a rocha. Se nos supoñemos de ónde viu a rocha, podemos montala de forma virtual e se efectivamente viña dese afloramento ou non», explica a este periódico Benito Vilas.

«Supoñemos que puidera vir de San Roque porque é a zona de petróglifos máis próxima do casco vello de Cangas; a non ser que esta pedra xa viñera dunha finca anterior», afirma el arqueólogo cangués.