Malestar y enfado entre los hosteleros por el cierre del corredor de O Morrazo

carlos ponce MOAÑA / LA VOZ

CANGAS

MANUEL SOTELO

La posible pérdida de clientela y los atascos sufridos para llegar al trabajo son los miedos de los empresarios de la parroquia de Domaio

10 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El cierre del corredor de O Morrazo iniciado ayer y que durará siete meses ya está dando que hablar. Las principales víctimas, como siempre, son los conductores que acuden a diario desde Cangas y Moaña hacia sus puestos de trabajo en Vigo. Pero hay más afectados. Son los hosteleros de la parroquia de Domaio, en cuya carretera principal, la PO-551, se concentran especialmente las principales aglomeraciones de tráfico.

«Cuando se cierra el corredor y se producen los atascos, los clientes ya no paran a tomar el café en hora punta», se lamenta Zulima Cuevas, la gerente del Bar Regueira, que asegura que en los cortes siempre pierde clientela puesto que los conductores no se detienen en su cafetería por las dificultades de volver a reincorporarse al tráfico. Su caso es el más sangrante, pues es el último bar de la carretera antes de llegar a Rande.

La empresaria no entiende que se cierre el vial durante siete meses para preservar el yacimiento de Montealegre. «El castro no me da de comer. Ni entiendo, ni comparto ni respeto esta medida. El castro estuvo ahí siempre y a nadie le importó hasta ahora».

Es el sentir general de los hosteleros y comerciantes de Domaio. Pero la hipotética sangría de clientela no es el único motivo del enfado. Isabel Breijo, de la hamburguesería Piscis, asegura que, con el cierre del corredor, tendrá que salir tres cuartos de hora antes de su casa situada en Meira para llegar a su trabajo, trayecto que, cuando no hay atascos, completa en poco más de cinco minutos. «Es increíble que nos tengamos que levantar una hora antes para venir a trabajar», se lamenta Breijo.

 «Siete meses son muchos»

«Las obras hay que hacerlas, pero pienso que todo se podría hacer mejor. Tráfico tiene que estar en la rotonda de Rande siempre en las hora punta. Siete meses son muchos, no sabemos lo que va a pasar», valora Benedita Estévez, la propietaria de otro conocido restaurante de Domaio.

Circular por la PO-551 a horas punta será uno de los quebraderos de cabeza de estos hosteleros durante los próximos meses. «Paréceme moi mal o corte. Eu teño que ir a Moaña moi a miudo e voume encontrar colas e colas de coches. E para volver, o mesmo», se lamenta Francisco Solla, del bar Tropicana.

El primer día acaba sin grandes atascos 

El primer día del cierre del corredor de O Morrazo se saldó sin graves incidencias y sin los enormes atascos habituales en la PO-551, tan temidos por los conductores. El hecho de que el vial se cerrase a las 10.00 horas, y no en hora punta, permitió que no se crearan grandes aglomeraciones en la rotonda de Rande.

La Policía Local de Moaña estuvo todo el día pendiente por si necesitaban actuar, especialmente en la zona de Meira, para dirigir a los conductores y tratar de agilizar la circulación. Pero no hizo falta. Salvo alguna pequeña aglomeración al atardecer, cuando la mayoría de la gente vuelve de trabajar, apenas se registraron atascos reseñables.