Lois Pena dimite en Cangas y César Mera llega a la presidencia de la Diputación

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CANGAS

la voz de galicia

La comarca de O Condado se moviliza contra la reducción de frecuencias de trenes en la zona

02 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El año comenzó bien para los habitantes de Covelo ya que pudieron estrenar un nuevo centro de salud, dotado con dos médicos, un ATS y una comadrona. Además, los vecinos de una de sus parroquias daban su beneplácito para la instalación de un polígono industrial. Pero el verdadero jaleo de ese año se produjo en torno a la línea de ferrocarril. Renfe quiso reducir frecuencias en la línea Vigo-Ourense, generando un notable malestar en Crecente, As Neves, Arbo y Salvaterra de Miño. Sus habitantes realizaron numerosas acciones de protesta, mientras que sus gobiernos locales iniciaban contactos con la dirección de Renfe. Finalmente, entre unos y otros negociaron el mantenimiento de los trenes más frecuentados por los habitantes de la zona.

La Voz de Galicia refleja la creciente inseguridad que vivía la comarca de O Condado, con atracos y crímenes en Ponteareas, Salvaterra y Mondariz. Hasta tal punto que el gobernador civil ofrecía al alcalde José Castro toda su colaboración para apaciguar a estas poblaciones.

César Mera sustituía a José Cuíña al frente de la Diputación, un hecho que fue festejado por los habitantes de A Cañiza. Desde su puesto, esta comarca sintió una mayor influencia en la designación de acciones impulsadas desde el organismo provincial.

Un tercer alcalde, el de Mondariz, se situó en el foco de la polémica al subirse el sueldo hasta los seis millones de pesetas anuales, todo un capital en la época. Su vecino, el regidor de Mondariz-Balneario, anunciaba a sus ciudadanos que el futuro del municipio apuntaba bien, ya que se reconstruiría el gran hotel y un campo de golf.

El corresponsal de La Voz en O Baixo Miño, Eliseo Alonso, se hacía eco de las protestas vecinales originadas en Goián a consecuencia del intento de expropiación de As Trincadeiras, una zona de alto valor sentimental y ecológico de esta parroquia de Tomiño. Lograron paralizar esta acción.

También hubo alegría desatada en Cangas cuando Lois Pena presentó su dimisión como alcalde. Una gestora, presidida por Mariano Abalo, se encargó de gestionar el municipio hasta las siguientes elecciones. Las tensiones siguieron debido a la contribución, que no fue tan fácil de rebajar como pensaba la gente que había mantenido las movilizaciones. Pero toda esta alegría no fue nada comparada con la experimentada por un vecino de Reboreda, en Redondela. Ganó en la lotería 1.200 millones de pesetas. Invitó a sus familiares a una mariscada y emprendió la huida hacia las Canarias.

Por primera vez, las canteras de O Porriño eran sometidas a una regulación. Se fijaban unas normas de trabajo, que incluían el control de las explosiones y la disminución del polvo de ambiente.

En Moaña también hubo movilizaciones de los vecinos de Domaio contra la contrucción de un campo de golf. El propio gobierno municipal se opuso a esta iniciativa privada, que finalmente sí se realizó.