Se buscan calabazas para la fiesta de Cabral

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

CANGAS

óscar vázquez

O Coto ultima los preparativos del evento que ha contribuido a restaurar su lugar en la gastronomía

07 nov 2016 . Actualizado a las 10:35 h.

En la parroquia de Cabral andan locos estos días con la preparación de la Festa do Cabazo. Los activos integrantes de la Asociación O Coto llevan organizándola desde 1984. «Hace treinta y dos años, de los que solo fallamos en tres ocasiones por falta de presupuesto», recuerda Mercedes Alonso. Pero este año, la cosecha no ha sido buena. No hay tantos ejemplares como en otras ocasiones y peinan la zona tratando de sumar kilos de la hoy preciada hortaliza que vivió largos años de ostracismo durante los que los paisanos no le prestaban la más mínima atención. «Era para los animales. Poca gente la tomaba», indica. Mercedes recuerda que de niña iba a casa de su abuela a comer caldo de cabazo, pero no era lo más habitual.

Mérita Sayar, «nacida en Candeán, residente en Cabral», aclara, es una de las conseguidoras más activas. Su función, durante estos días, se centra en tratar de localizar calabazas por la zona. «Pero non hai. O que o ano pasado tiña seis, este ano ten dous. E non é polo tempo seco, senón por algunha enfermidade que atacou ás plantas», opina. Según la experta, hay más razones que hacen mermar las cosechas. Por ejemplo, los vecinos que dejan de tener animales, ya que al abandonar su cría también dejan de tener calabazas para alimentarlos.

Flor Carrera, vecina del barrio de A Rabadeira, está totalmente de acuerdo. Los cerdos siguen siendo los que más las disfrutan. Y Mérita añade más: «O que pasou durante moito tempo é que nós, a metade das cousas que temos, non sabemos comelas. Non sabemos que facer con elas. Por exemplo, coas espinacas pasa o mesmo», compara.

Pero los currichos ya no son los únicos que paladean el cabazo que brotó generoso y abundante durante décadas. Flor, que tiene 81 años y trabajó toda su vida en Pescanova, disfruta ahora de una jubilación tranquila y lo de ir al campo a sachar no lo considera un esfuerzo. «Al contrario. Me encanta. Soy feliz rodeada de tierra», asegura. De tierra y de calabazas. La mujer ha dejado estibadas en el cobertizo de su casa cerca de una veintena de ejemplares de buen porte que irán a parar a la cuenta de haberes de la Festa do Cabazo. Faltan dos semanas para que se celebre y cuantas más consigan, mejor. Y cuando no son suficientes, salen a rebuscar por la comarca y se traen calabazas de Crecente o de Cangas. Donde haya y se las ofrezcan.

«No se hace más porque no damos para más», resume Mercedes Alonso, la secretaria de la Asociación O Coto. Está en la organización desde los orígenes de la fiesta y se ocupa de su coordinación. Elvira Estévez tampoco es novata. Lleva 25 años colaborando y su experiencia como repostera, oficio que ejerció en una conocida pastelería de Vigo, lo pone al servicio de las recetas y elaboraciones más dulces que tienen en el menú, como el cabello de ángel, tartas, galletas y pastelitos.

Como integrantes de O Coto, ambas están orgullosas de que la calabaza vuelva a ocupar un lugar destacado en la gastronomía. La asociación ha puesto más que unos granos de arena para ello.

En el CEIP Carballal de Cabral, donde se gestó y se sigue haciendo la fiesta, O Coto comparte local con el Ampa. Es el cuartel general. El año pasado cerca de tres mil personas acudieron al evento. Mercedes calcula que para dar servicio a tanta gente, como mínimo usan unas 200 calabazas de una media de 40 kilos de peso casa una. Eso son entre ocho y diez mil kilos de la anaranjada hortaliza, convertida en deliciosas elaboraciones que se realizan de forma artesana, gracias a la colaboración de alrededor de doscientos voluntarios en los días previos, y cerca de 60 durante la propia jornada amenizada con actividades culturales. El certamen ha conseguido su objetivo, que era recuperar un cultivo importante en la zona y recoger y difundir las tradiciones culinarias asociadas a él, además de sumarle las nuevas que han ido surgiendo, ya que actualmente la calabaza forma parte de los menús en las casas y en los restaurantes.

Empanadas, tortillas, flanes, chulas, pan, pisto y caldo son algunas de las delicias que esperan a los asistentes de la próxima edición del nutritivo evento.

Cuándo

Domingo, 20 de noviembre, desde las 11.30 horas.

Dónde

Colexio Público Carballal de Cabral. Entrada libre.