Te lo jurásico

CANGAS

25 nov 2015 . Actualizado a las 10:35 h.

Esta ciudad se ha rendido al planeta de los dinosaurios y hay que dejarse llevar. ¿Que te cruzas con un estegosaurio? Pues no hay que inmutarse. Lo mejor es aprovechar su fisonomía y pedirle que se ponga al lado del nuevo ascensor de Camelias, para alcanzar la cima subiendo por su lomo. ¿Que vas por el puerto y al lado del barco de Cangas asoma la cabeza de un plesiosaurio? Pues, nada, con tranquilidad se le pide si no le importaría acercarte hasta el otro lado de la ría, que hace un buen día para respirar aire marino. Si ves pasar un velociraptor a toda pastilla, puede que sea un conductor de Vitrasa, que lleva cinco minutos de retraso respecto a la hora en la que quedan en la parada de la farola todos los que suben por Urzaiz. Si, por el contrario, se te cruxza en tu camino un amargasaurio, es que no es socialista y viene de un pleno del ayuntamiento. También puede ser que vayas andando por las avenidas y veas aparecer en el horizonte un mamenquisaurio. No te preocupes, no te dejes amedrentar. Es Mari Carmen, la de la hipoteca, que últimamente es que está en todas partes porque el sueldo no le da para todo lo que necesita.

Lo mejor en este paréntesis jurásico en la historia es relajarse y disfrutar de este ambiente infantil que flota por toda la ciudad desde que los setos ponen huevos. Sí. «Te lo jurásico», que es como ahora juramos por estos pagos. Aquí los árboles mueren y se arrancan porque molestan, pero los arbustos se reproducen y les nacen diplodocus o tiranosaurios, aquellos bichos de manos cortas que, como no les servían para llegar la comida a la boca, terminaron no ya comiendo con las manos, sino directamente sirviéndose las piezas a mordiscos.

Y así están las cosas por Vigo mientras Pangea se rompe en pedazos. El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos... de Dinoseto.