



La Guardia Civil investiga el siniestro y se apunta como causa más probable un cortocircuito en la nave que ardió; así fue el incendio
12 sep 2023 . Actualizado a las 01:29 h.El voraz incendio que calcinó una nave de Viveros Sabarís este domingo provocó la muerte de los pájaros, hámsteres y cobayas que tenían los gerentes en las instalaciones para su venta. Tan solo se salvaron algunos peces, confirmó el responsable del servicio del Grupo de Emerxencias Supramunicipal de O Val Miñor que acudió a la llamada de emergencias, Óscar Arévalo. «Tardamos un minuto en llegar porque veníamos de un servicio en Gondomar y estábamos a la altura de Casa Planta», indicó. Cuando llegó el GES a las instalaciones, ubicadas en la Avenida de Julián Valverde, «la columna de humo negro ya sobrepasaba la altura de los edificios y las llamas eran muy virulentas». Pasaban pocos minutos de las siete y cuarto de la tarde y las características de las instalaciones y del material almacenado propiciaron la expansión de las llamas. La Guardia Civil está al frente de la investigación encargada de determinar las causas de este siniestro que asustó a toda la comarca en la tarde del domingo. Fuentes de la Comandancia de Pontevedra indicaron a La Voz que aún no se ha definido el origen del fuego.
Todo apunta, sin embargo a un problema eléctrico, un posible cortocircuito que se produjo en la zona de ordenadores del edificio central, de estructura metálica y tejado de uralita plástica, lo que dificultó aún más el control de las llamas. El responsable del servicio ha querido agradecer el despliegue de medios. «Fue fundamental que vinieran más bomberos porque nosotros solos no podríamos haber confinado el incendio y peligraban las casas colindantes», advierte Óscar Arévalo y su valoración invita a la reflexión ya que están solo dos efectivos por turno en el GES, cuando el servicio y el grupo lleva meses instando la ampliación debido a la carga de trabajo y a las características del imprescindible trabajo que prestan en una comarca con gran densidad poblacional, muchas vías de carretera y grandes distancias que siempre juegan en contra de cualquier emergencia.
«El fuego estaba en la zona de recepción, donde están los ordenadores y la caja registradora. Al tener una cubierta plástica y haber poliéster, se desató la gran columna de humo negro y los demás materiales almacenados, como madera, cloros, productos de piscina y fertilizantes, favorecieron la propagación y provocaron las explosiones que sentían también los vecinos», señala Arévalo. En ese entorno había además «mucha madera de la que se usa para cierres de fincas y jardineras», añade.
La coordinación de todos los medios desplegados posibilitó, pese a que los daños materiales son cuantiosos, que se limitaran a la nave principal. «Se salvaron otras dos naves, la zona del invernadero cubierto y un depósito de gasoil», explica el responsable de servicio del GES. En ese operativo desplegado por el 112 al que tanto agradece, participaron los bomberos de O Porriño, de Vigo, la Guardia Civil y la Policía Local de Baiona y de Nigrán así como un agente forestal con una motobomba, Protección Civil y socorristas, apunta Óscar Arévalo. Gondomar también mandó un camión motobomba.
El fuego se dio por controlado a las ocho y media de la tarde. Los servicios de extinción comunicaban al 112 de terminaban su intervención pasadas las once de la noche porque el fuego había quedado totalmente apagado. Aún así, las llamas de reavivaron de madrugada. Un particular alertó sobre las 4.30 horas de que volvía a haber fuego en las instalaciones. La llamada desplegó de nuevo en el lugar al GES de O Val Miñor, a los bomberos de Vigo y a la Guardia Civil. Los efectivos desplegados confirmaron que el incendio se había reavivado y que la nave, de unos 600 metros cuadrados de superficie, tenía varios focos activos que tuvieron que controlar de nuevo.
Pese a la cercanía de las viviendas colindantes, no fue preciso desalojar ningún edificio ni se registraron heridos