Comuneros de Baíña cambian la cerradura del centro vecinal para que no haya actividades culturales

alejandro martínez BAIONA / LA VOZ

BAIONA

Alejandro Martínez

Dos asociaciones que mueven a más de 400 personas desde hace una década recurren al juzgado para poder entrar

23 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En la calle. Así tuvieron que reunirse vecinos de Baíña hace unos días a pesar de contar con un centro público que es para uso y disfrute de toda la parroquia. La comunidad de montes, que gestiona el edificio, les ha cerrado las puertas y no les deja entrar, no solo para mantener reuniones sino también para organizar actividades de dinamización vecinal. Los principales afectados son las asociaciones Centro Cultural Baíña y el Grupo Artelume de Integración. Estas entidades estuvieron un año paradas por la pandemia. Pero, tras acabarse la alerta sanitaria, quisieron reanudar las actividades. Mandaron un comunicado a la comunidad de montes anunciándoles que volverían a impartir sus cursos y talleres. Para su sorpresa, el día que acudieron con los chicos con diferentes discapacidades para una de sus actividades, se encontraron con que la junta rectora de la comunidad de montes les había cambiado la cerradura y no pudieron entrar. Han sido en vano los intentos de comunicarse con los responsables de la comunidad para pedir que les vuelvan a admitir en el centro vecinal. No recogen las cartas que les envían ni leen sus escritos en la asamblea comunal.

Por ese motivo, tras año y medio de destierro, en la asamblea celebrada recientemente a la intemperie, acordaron recurrir a la vía judicial para que sea un magistrado quien obligue al presidente de la comunidad de montes de Baíña a volver a admitirles dentro de unos locales que fueron construidos para uso de todos los vecinos. Además reclamarán 1.200 euros de ayudas que estaban comprometidos y que no han ingresado. Más de 400 personas de la parroquia y de todo el municipio de Baiona y otras localidades cercanas se han visto afectadas por esta decisión. Ambas asociaciones llevan alrededor de una década organizando diferentes actividades culturales para llenar el tiempo libre de los vecinos. Por ejemplo, organizan cursos de gaita, percusión, gimnasia para mayores, pintura, baile, inglés, campamentos de verano, festivales o excursiones. Pese a las dificultades, han continuando desarrollando la mayor parte de sus actividades en otros locales, pero de una manera precaria. Por ejemplo, en el centro cultural Bedriñana siguen con las clases de cómic, las de pilates en la antigua escuela de O Burgo que les cedió el Concello, percusión y pandereta en el colegio de Fontes y gaita en un local de la iglesia de Baíña, donde también se imparte alfabetización, «muertitos de frío», afirma la presidenta de ambas asociaciones, Pilar Rodríguez.

Sin explicación

El presidente de la comunidad de montes de Baíña, Juan Domínguez, se negó a explicar el motivo por el que no deja entrar a ambas asociaciones al centro vecinal. Al parecer, desde la comunidad de montes les han reclamado una serie de documentación acerca de los diferentes actividades que organizan. Las asociaciones han denegado esta información amparándose en que «viola le Ley de Protección de Datos», asegura la presidenta, Pilar Rodríguez.

Afirma que ambas entidades se encuentran legalmente constituidas y que en el fondo subyace un problema de machismo. «En la directiva todos son hombres y todo lo que hacemos nosotras les parece mal», afirma la presidenta.