Remarcan con piedra en Baiona petroglifos de hace 4.000 años

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

BAIONA

Oscar Vázquez

«Unha sociedade que non respecta o patrimonio está enferma»

18 ago 2020 . Actualizado a las 18:16 h.

Teniendo en cuenta que la mayoría de los incendios forestales son provocados, puede decirse que el principal enemigo del arte rupestre es el hombre. Esta vez no ha sido el fuego, como pasó en el conjunto de Gargamala, pero alguna mano negra ha puesto en peligro el mayor mural de petroglifos de toda Galicia. El presidente de la comunidad de montes de Santa Cristina, Xosé Alfredo Pereira, el edil Iago Pereira y el arqueólogo Xosé Lois Vilar confirmaron ayer, tras inspeccionar personalmente la estación rupestre de Outeiro dos Lameiros, que alguien marcó al menos una decena de petroglifos.

«Tivo que ser entre o sábado e o domingo porque o venres estaban ben, Algún vistante, aínda que está prohibido pola Lei de de Patrimonio de Galicia e polo sentido común, colleu outra pedra e adicouse a rascalos, supostamente para velos mellor», indica Vilar. El arqueólogo que dirigió la preparación de este museo al aire libre recordó el importante daño que cualquier manipulación puede provocar ya que podría alterar los surcos o los dibujos de estos elementos que son un bien de interés cultural.

Los comuneros, promotores con el Instituto de Estudios Miñorano de la puesta en valor de este conjunto descubierto en 1984, tampoco ocultan su malestar. «Unha sociedade que non respecta o patrimonio está enferma. Non se entende que ninguén faga algo así, é incrible», señaló el presidente de la comunidad, que recorrió el recinto con el concejal Iago Pereira.

La lluvia de estos días posiblemente sorprendió al autor de este ataque al patrimonio, impidiendo que marcara más elementos de la estación. Con seguridad, minimizó el impacto del daño. «Riscaron con outra pedra branda, o dano xa está feito, pero como choveu, a auga arrastrou toda a area que levantaron e os restos dos riscos», indica Vilar, que insiste en que es un delito. «A ninguén se lle ocorre ir a Altamira a tocar. Ademais, este conxunto está musealizado cunha inversión pública de preto de 200.000 euros, polo que pode verse perfectamente nos expositores», indica el arqueólogo del Instituto de Estudos Miñoranos.

La estación alberga un panel único de unos 4.000 años de antigüedad. El elemento más destacable es la pared vertical que, en sus diez metros de largo por tres de ancho, contiene el mejor conjunto de arte esquemático del noroeste peninsular, con un centenar de cuadrúpedos, un esteliforme y figuras reticuladas.