Más de 300 espectáculos pirotécnicos están bajo la lupa durante este verano

M.T. BAIONA

BAIONA

ÓSCAR VÁZQUEZ

«La siniestralidad se redujo un 95 % desde que hay reglamento», confirma el servicio de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil

06 ago 2019 . Actualizado a las 21:23 h.

En Galicia, el país de las mil y una verbenas, no hay fiesta de verano que se precie sin orquesta, procesión, degustación gastronómica... y fuegos artificiales. Los espectáculos pirotécnicos al aire libre reúnen a miles de personas en un calendario tan apretado que para el servicio de Intervención de Armas y Explosivos es también temporada alta.

«De media tenemos unos 300 disparos de más de diez kilos entre el 15 de junio y el 15 de septiembre», confirma el cabo Amable, de la Comandancia de Pontevedra. Con su compañero, Martín Villanueva, efectuaron este fin de semana la inspección número cien de lo que va de verano en la provincia. «Esta de Baiona es, por cantidad de material, la quinta tras Vilagarcía, Bouzas, Pontevedra y Cambados», explica el guardia Villanueva. Se trata de los fuegos de A Anunciada, donde se echaron 200 kilos en un espectáculo a medianoche.

Cuatro horas antes, los guardias llevaron a cabo una de las habituales y minuciosas inspecciones que, de forma aleatoria, practican antes de cada espectáculo. Aunque su trabajo comenzó semanas antes, en cuanto Subdelegación les remite la solicitud de algún taller de expertos, como se denomina a las empresas profesionales como Argimiro Alborés, al frente del espectáculo de de Baiona. «Desde que en el 2010 entró en vigor el primer reglamento específico para la actividad pirotécnica, la siniestralidad ha bajado en un 95 %. La seguridad de todos estos espectáculos en la provincia a día de hoy es máxima, aunque, como en cualquier profesión siempre hay un margen de posibles incidentes», indican los guardias, con más de una década de experiencia en este servicio.

En esta casuística entraría el siniestro que investiga el Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo por el incendio de medio centenar de coches durante la primera tirada de Bouzas. Caso aparte, la explosión mortal de Tui, que fue en un almacén ilegal. «Esa tragedia no se puede circunscribir a ningún accidente laboral o de espectáculo reglado», se limitan a decir los expertos recordando que la causa está judicializada.

Además del marco normativo, los guardias destacan la seriedad del sector. «A día de hoy la mayoría de inspecciones son favorables gracias a su profesionalidad y colaboración. Puede haber requerimientos pero porque falte alguna documentación, pero son puntuales», señalan.

«El reglamento sobre artículos pirotécnicos y de cartuchería establece y regula las responsabilidades, por lo que facilita mucho el trabajo de todos», insisten. La suya se centra en la seguridad ciudadana mientras que las otras dos, relativas a la seguridad laboral y la industrial, están en manos de Subdelegación del Gobierno. «Ellos nos remiten todas las solicitudes aunque los disparos de hasta diez kilos los autoriza directamente la administración municipal. A partir de los cien, es necesario, además, un plan de seguridad y otro de emergencia. Nosotros informamos desde el punto de vista de la seguridad ciudadana y luego la Subdelegación resuelve sobre la autorización», resumen los agentes mientras inspeccionan todo el montaje y que se cumplan los requisitos de la autorización. Durante más de una hora, mano a mano con el responsable del taller, revisan desde la procedencia del producto y su transporte hasta que tenga la marca de la CEE, los calibres, el perímetro de seguridad o la documentación del personal. Nada queda al azar.