Un millón de litros de agua gratis para 73 héroes de Baiona

alejandro martínez BAIONA / LA VOZ

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La concesionaria compensa a vecinos que usaron sus medios para apagar los incendios de octubre

25 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El incendio de octubre del año pasado que arrasó la superficie forestal de Baiona no llegó a las casas gracias al extenuante trabajo que durante horas desarrollaron decenas de vecinos de Baiona. Era de justicia que toda el agua que tuvieron que utilizar aquella jornada fatídica no la tuvieran que pagar. El alcalde, Ángel Rodal, llegó a un acuerdo días después de la tragedia con la empresa concesionaria del suministro para compensar a todos aquellos abonados que abrieron sus grifos para que se llenaran los cubos y baldes y se accionaran las mangueras de jardines y garajes que evitaron que el desastre fuese aún mayor. El pasado miércoles se hizo efectivo el acuerdo. La empresa Gestagua ha perdonado un millón de litros a 73 abonados del municipio que prestaron su agua para salvar los barrios altos de la villa, según los informes que la empresa ha hecho llegar al Ayuntamiento.

El alcalde, Ángel Rodal, tuvo el miércoles una reunión con el director de explotación, Gonzalo Murillo, para agradecerle que haya cumplido aquel pacto. «Nos pusimos en contacto desde el Ayuntamiento con él para que tuviese en cuenta los consumos de las viviendas próximas a los incendios, ya que esos vecinos tuvieron que usar sus propios medios para sofocar las llamas que se acercaban a sus viviendas», explicaba el regidor del PP. Esto fue así ante la imposibilidad de los bomberos de poder atajarlo.

Sin bomberos

La falta de medios era evidente al ser muchos los ayuntamientos de la provincia que estaban afectados al mismo tiempo. El alcalde pidió disculpas a los usuarios de la red de aguas en Baiona, que por tener que revisar los contadores en varias ocasiones. Uno de los recibos del trimestre han tardado en enviarlo a cobro casi seis meses después. Esto he hecho coincidir que un mes haya vencido un recibo de un trimestre y al siguiente mes el otro del siguiente trimestre.

Los residentes de la villa no se quedaron de brazos cruzados ante el insuficiente número de bomberos durante una tarde que fue caótica. Numerosas personas se organizaron rápidamente para combatir el fuego en los lugares de mayor peligro. Formaron cadenas humanas bien coordinadas para llenar el agua en baldes y así frenar el avance de las llamas. La situación se volvió peligrosa porque el fuego avanzaba con mucha rapidez. Las partes altas del municipio fueron las más amenazadas. En el barrio de San Antón, los residentes se plantaron ante el incendio que había comenzado en las inmediaciones de la Virgen de la Roca y que no pudo ser controlado por la mañana. Pero el viento, tan caprichosamente cambiante durante toda la jornada, les jugó una mala pasada cuando expulso una lengua de fuego en su dirección. Decenas de presonas tuvieron que escapar corriendo para no ser alcanzados por una gigantesca llamarada. Hubo momentos en los que pasaron mucho miedo.

El esfuerzo también fue titánico en la urbanizacón de O Loureirla, conocido como Las Maclas. No se veían bomberos, pero numerosos vecinos acudieroncon mangueras a atajar el fuego. Del mismo modo, en el barrio de las antiguas viviendas de protección oficial La Anunciada se vivieron momentos de mucha tensión porque las llamas se tragaban árboles en cuestión de minutos. La lucha también se desarrolló en el barrio del Chaparral y el entorno del parador.

Gracias a esta histórica movilización vecinal, ninguna vivienda resultó afectada.