Mil euros para quien delate al culpable de quemar vivo a un gato

carlos ponce BAIONA / LA VOZ

BAIONA

El felino atacado en Baiona sigue en estado muy grave

06 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de Olaf, el gato quemado vivo con un soplete en el barrio de Pino Manso, en Baiona, ha trascendido mucho más allá de O Val Miñor y también de Galicia. La asociación animalista Libera, con sede en Barcelona, ha comenzado a moverse para encontrar al culpable. «Ofrecemos mil euros de recompensa para localizar al salvaje que lo hizo», es el mensaje que han hecho circular en los últimos días por las redes sociales. El colectivo asegura que cualquier dato es importante para localizar al responsable.

Los animalistas valoran este suceso «de extrema gravedad» y recuerdan que puede conllevar sanciones de hasta 30.000 euros o penas de un año de prisión y la inhabilitación para la tenencia, oficio o comercio de animarles por un máximo de 36 meses.

Han llamado a la ciudadanía a tener «tolerancia cero» con situaciones de crueldad, sadismo o abandono de seres vivos, y han remarcado que «cualquier silencio supone un gesto de complicidad con quien ejerce la violencia», siendo el caso de Olaf «el mejor ejemplo».

Los hechos tuvieron lugar la semana pasada. Cuando volvía a su casa en Pino Manso, una vecina se encontró a su gato quemado vivo y entró en pánico. Lo llevó al veterinario, que lo sedó inmediatamente ante la gravedad de las heridas, especialmente en la cara, que ha quedado totalmente desfigurada por el soplete empleado para el ataque. Presentaba quemaduras por todo el cuerpo.

El felino será trasladado próximamente a una clínica veterinaria valenciana especialista en casos extremos. Su pronóstico sigue siendo grave y, pese a que estaba mejorando en los último días, ayer sufrió un importante empeoramiento. «Las quemaduras no van como deberían. En estos momentos además es muy importante controlar la deshidratación», asegura Silvia Almeida, de la protectora Bai Sen Pulgas, que se ha hecho cargo del cuidado del animal y está afrontando los gastos veterinarios. Solicitan la ayuda ciudadana para poder hacer frente a estos desembolsos.

La entidad ya ha puesto la denuncia correspondiente en la Guardia Civil, pero tiene pocas esperanzas de que se encuentre al culpable de este caso de maltrato animal. «Al ser un pueblo, muchos vecinos prefieren no decir nada aunque sepan quién fue», se lamente la voluntaria de Bai Sen Pulgas.

En caso de que el felino fallezca, el responsable de las quemaduras se enfrentaría a una pena de seis a dieciocho meses de prisión e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, según el código penal. En caso de que sobreviva, la ley plantea una pena de cárcel de entre tres meses y un año. En este caso, como se ha utilizado instrumental para infligir las lesiones, se enfrentaría a la pena máxima.