«Soy historiador en parte porque mi bisabuela me contaba cosas de Baiona»

carlos ponce BAIONA / LA VOZ

BAIONA

Oscar Vazquez

El joven ha sido invitado a un congreso internacional para hablar de Santa Liberata

05 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia de Anxo Rodríguez y Baiona es una historia de amor. Cuando su bisabuela le contaba los secretos de la zona vieja de la villa Anxo empezó a interesarse por su tierra natal hasta el punto de que su visita favorita era al archivo antiguo del Concello. A partir de los 15 años, estando en secundaria, le encargaron un trabajo de toponimia de su parroquia, Santa María de Baíña, y a partir de ahí, Anxo se entregó al estudio de la tradición oral de Baiona. Su destino era inevitable: se fue a Santiago a estudiar Historia y, a sus 22 años, ya está graduado.

Precisamente, el proyecto final de la carrera está dedicado a la capilla de Santa Liberata, situada en la plaza que lleva su nombre. «Mi idea como historiador de Baiona es ir haciendo un monográfico sobre cada uno de los elementos distintivos de la villa. Logré un corpus documental sobre la capilla de más de trescientas páginas, y el tribunal me dijo que me había pasado un poco, que esto casi daría para una tesis documental». El trabajo le servirá de introducción para iniciar su tesis sobre los santuarios tardíos del noroeste peninsular, de los que Santa Liberata es modelo. «Rompe con el esquema de los santuarios tradicionales. La mayoría están situados en lugares relacionados con una leyenda y están situados en lugares elevados o de montaña en relación con algún elemento pagano. Sin embargo, la capilla de Santa Liberata no cumple ninguno de esos requisitos».

Además, la orientación de la capilla no es la misma que el resto. Todas las iglesias se orientan con la puerta hacia el oeste, pero Santa Liberata mira al norte. Anxo recuerda cómo la capilla baionesa fue construida a iniciativa del Concello de Baiona con el respaldo del arzobispado de Tui.

Suu labor como historiador está íntimamente ligada a su tierra natal. «En mi casa había muchísima documentación. Mi tatarabuelo fue emigrante en Buenos Aires en el 1914. Mi bisabuelo combatió en la Guerra Civil. Mi bisabuela incluso guardaba una colección de los conocidos como cantares de ciego, que eran panfletos que se repartían en la el mercado de Sabarís o en la propia plaza de la fruta de Baiona. Cuando uno tiene toda esa documentación en casa y una bisabuela que le gustaba contar historias...».

Su trabajo está siendo reconocido hasta el punto de que ha sido invitado a participar en un congreso internacional de jóvenes investigadores en historia moderna que se celebra desde hoy en Barcelona. «Mucha gente me para por la calle para decirme que es un orgullo que vaya a hablar de parte de la historia de Baiona que desgraciadamente lleva abandonada bastantes años. Para mí también es un orgullo, porque siempre se dice aquello de que en tu pueblo no serás profeta. Y es importante empezar la difusión de mis trabajos en el exterior ya que en casa muchas veces no tienen cabida», valora el joven historiador, que nació en la parroquia baionesa de Santa María de Baíña.

Muchos de sus vecinos le paran por la calle para preguntarle, medio en broma medio en serio, por qué no le han dado ya un puesto en el Ayuntamiento. Algunos incluso le llegan a decir que le deberían dar el puesto de cronista oficial de Baiona, un distintivo que concede la comisión de honores y distinciones de Baiona. La vacante está desierta desde principios de los 90. Es un puesto honorífico, pero a Anxo le gustaría poder llegar a él en un futuro.

Anxo Rodríguez se sabe prácticamente de memoria los centenares de documentos que forman el archivo de Baiona. Todo eso le sirvió para poder ejercer de guía en numerosas actividades. Visitas guiadas por el casco viejo de Baiona, salidas a los petroglifos del Outeiro dos Lameiros en O Rosal... Entre los numerosos hitos de su corta pero intensa vida está la organización de una exposición en el 2010 para conmemorar el Día das Letras Galegas, cuando solo tenía 16 años, en el centro cultural de Baíña, donde mostró a los muchos visitantes los centenares de postales antiguas de Baiona de su propia colección.