Fernando, el agente 001 de As Neves

Monica Torres
mónica torres AS NEVES / LA VOZ

AS NEVES

Mónica Torres

El municipal es todo un cuerpo, porque desde hace 26 años trabaja solo

25 oct 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

El agente Fernando Fernández es todo un cuerpo. Su placa muestra que es el policía 175001 (los tres primeros dígitos son los que se refieren a su zona de trabajo). «Por Fernando no, pero por el municipal me conoce todo el mundo», dice. No es para menos porque, aunque por ratio As Neves debería contar con al menos tres agentes, él es el único policía local que hay y que hubo.

«Cuando llegué el cura ya estaba aquí y aquí seguimos los dos después de 26 años», bromea el agente. A su cargo hay 4.121 vecinos dispersos en trece parroquias por los 65,9 kilómetros cuadrados que conforman el municipio.

«Para ser un buen policía, la tranquilidad es lo más importante», asegura el agente mientras atiende una agenda minuciosamente organizada para poder cubrir todas las tareas programadas y las sorpresas de una mañana cualquiera, especialmente la de los viernes, día de feria en el municipio. Su diligencia y el trato de los vecinos evidencia que se ha ganado el respeto como agente de la ley a pulso. Ni siquiera lleva pistola. «La verdad es que ningún alcalde me dijo que la llevara y ya estoy acostumbrado así», sostiene el agente.

Durante todo el día

Es policía municipal seis horas al día los 365 del año. En estos 26 de servicio solo ha faltado por una enfermedad grave durante siete meses. En ese medio año largo As Neves no tuvo policía, aunque la mitad del pueblo desfiló durante ese tiempo por el hospital para asegurarse de que Fernando volviera al municipio, aunque él es natural del Bierzo. En As Neves tenía un primo al que venía a visitar de joven. «Yo trabajaba en Almería cuando me llamó mi primo porque habían convocado esta oposición y como allí no tenía plaza fija, vine a pasar aquí una semana y me apunté», recuerda. Se postularon seis mozos y él la ganó. As Neves fue su primer destino y el único parece, ya que, según desvela, pretende jubilarse en este destino. «Cuando yo entré, esto estaba muy mal visto, pagaban 69.000 pesetas cuando los demás jóvenes en cualquier fábrica percibían 150.000», recuerda.

Móvil propio

Llegó recién tomado posesión el PP y con ellos estuvo estos primeros 26 años. Ahora, la llegada al poder del BNG, le ha valido un despacho propio que antes ni siquiera tenía. El único móvil del que dispone sigue siendo el suyo particular. «Eso antes me importaba porque se gastaba mucho ahora ya no quiero otro porque tengo tarifa plana», afirma el agente haciendo gala de un humor tan envidiable como su profesionalidad. «Lo bueno de trabajar solo es que tu único jefe es el alcalde y, si te llevas bien con él ya está. Yo acepto bien cualquier ideología y nunca me importó la política, este es mi tercer regidor», indica. La otra cara de la moneda es que «no puedes desviar nada, te toca todo y no te salvas de nada, sea lo que sea». Meridianamente clara también es su opinión sobre ser el único de la plantilla. «Como siempre estuve solo y nunca en equipo, no sé la diferencia», responde.

Asegura que al acabar su jornada laboral es capaz de desconectar pero, hasta entonces, ha de resolver solo cualquier incidencia. Controla el tráfico, entrega las notificaciones judiciales, hace los informes para denuncias urbanísticas, las altas del agua, de la basura o los pleitos vecinales.

en directo una mañana con el único policía local de la villa

«Tienes que tener mano izquierda, si el conflicto vecinal tiene 30 años, ese ya no se resuelve»

La templanza, la psicología y la empatía son también herramientas de trabajo. Los quehaceres de Fernando Fernández son los cualquier policía local, con la diferencia de que él los hace todos. A menudo le toca intermediar en conflictos vecinales. No solo acompañar a la trabajadora social en casos de problemas familiares, si no acudir a resolver esos enfrentamientos habituales de la convivencia, por problemas de lindes, de traídas de aguas, de retranqueos o de lo que se tercie. «Tienes que tener mucha paciencia y mano izquierda. Estudiar bien el conflicto porque, si viene de treinta años atrás, ese ya no se resuelve, si te metes ahí es peligroso, tienes que navegar, navegar y navegar», explica.

Como en cualquier trabajo hay días mejores que otros. «Los peores de todos estos años, la muerte de un joven por una descarga eléctrica y la crisis de las preferentes». «Días bonitos hay muchos, siempre que puedes resolver problemas a los vecinos», afirma con evidente vocación de servicio. No es un municipio conflictivo. Sí hubo un repunte de robos en segundas residencias pero la Guardia Civil ya ha detenido a los presuntos autores.

Su día comienza en el colegio, regulando el tráfico. Se sabe hasta los nombres de los más rezagados, que le obligan a quedarse diez minutos más de la cuenta a diario. Los viernes también cobra las tasas a los ambulantes. En sus actuaciones de este último por la mañana se sumaron otras dos. Primero colaboró con la Diputación para recoger tres perros abandonados que los vecinos no podían atender y después levantó el informe fotográfico del insólito robo en el antiguo colegio de Setados. Habrá que reponer los sanitarios antes de las elecciones, ya que el centro se usa como sede electoral.