El yacimiento de Arbo pudo ser despensa y taller para homínidos

L. C. SAAVEDRA ARBO / LA VOZ

ARBO

Miguel Estévez

Los vestigios indican que las herramientas tienen hasta 500.000 años

22 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un grupo de arqueólogos se ha adentrado a través de un pequeño yacimiento situado en Arbo en un largo túnel del tiempo para tratar de conocer más detalles de la vida cotidiana de los homínidos que vivieron en un período indeterminado entre los 300.000 y 500.000 años. Del siglo XXI, donde reina la tecnología en todos los campos, han retrocedido hasta medio millón de años atrás, en la época que los expertos llaman Pleistoceno y que engloba el inicio de la Edad de Piedra. Una etapa que los paleoantropólogos tienen para sí como una de las principales de la historia de la Humanidad, y donde las herramientas eran apenas lajas afiladas para emplear, por ejemplo, en los despieces de la carne de los animales cazados.

La pasarela hacia el pasado, unos 5.000 siglos de tiempo atrás, está en Arbo, en el yacimiento do Cabrón, a pocos kilómetros del centro del municipio en la carretera en dirección a Crecente. En tan solo unos 30 metros cuadrados, se registra, sin duda, lo que los especialistas consideran una buena foto fija del inmenso océano de tiempo que separa ambos momentos de la evolución del hombre. Los arqueólogos ya disponen de muchos datos sobre momentos del modo de vida de los hombres primitivos. Ni siquiera eran hombres, en realidad, eran homínidos, antecesores del homo sapiens sapiens actual, pero sin cuyo pasado sería difícil conocer el presente y el futuro.

Según van avanzando los trabajos, coordinadas por el Instituto de Estudios Miñoranos, la utilidad que tenía en su momento el lugar del yacimiento, podría ser una combinación de despensa de alimentos y de taller de herramientas. La excavación, según explica el director, Eduardo Méndez Quintas, alberga, al parecer, al menos dos niveles: uno relacionado con una estancia que podría ser considerada como una especie de alacena primitiva, con temperaturas más bajas, donde guardaban los animales muertos y los despiezaban para su consumo; otro de los niveles, el superior en este caso, se refiere a un lugar a modo de taller, donde reparaban las piezas de las herramientas que se rompían por el uso. ¿Sería un hábitat, un asentamiento primitivo? Con todo, la mayor parte de los datos siguen siendo una incógnita, y son casi todo suposiciones hasta que sean finalmente datados por máquinas de última tecnología en laboratorios especializados, a diferencia de las que los propios arqueólogos usan a diario: pinceles, cepillos, escobas...

3.000 piezas

Pero lo que sí parece cierto es que el lugar de donde extraían la materia prima para hacer las herramientas no está allí, donde ahora están las excavaciones principales, y podría estar en una zona próxima. Eso permitiría alumbrar una hipótesis de cómo se organizaban estos seres en la vida cotidiana. Hasta la fecha, los investigadores -que es la tercera vez que están en el yacimiento do Cabrón- han recuperado casi 3.000 piezas de estas herramientas. En este tercera campaña esperan recuperar en torno a otros 800 fragmentos más.