La Sociedad pro-Monte Santa Tecla se disuelve por decisión judicial

La Voz VIGO

A GUARDA

M. Moralejo

Todos sus bienes pasarán al Concello de A Guarda

01 may 2020 . Actualizado a las 17:07 h.

El juzgado número 1 de Tui ha dictado sentencia en primera instancia favorable a la demanda interpuesta por el Concello de A Guarda en la que declara la disolución de la Sociedad pro-Monte Santa Tecla y la apertura de la fase de liquidación de la misma, previa a su extinción, reconociendo el derecho del Concello de A Guarda a que se le entreguen en calidad de depositario, los bienes propiedad de la citada entidad.

Entre los bienes de la sociedad que pasarán al ayuntamiento en depósito cuando finalice el proceso, están el parque del Cancelón, el Centro Cultural, la Casa da Cultura, el archivo de la Sociedad y los fondos del Museo Arqueológico.

Con este proceso revierten en el ayuntamiento por derecho unos bienes que ya lo eran de hecho, dado que la entidad local es quien está gestionando, dando uso y manteniendo los bienes inmuebles de la Sociedad  pro-Monte para beneficio de todos los vecinos y vecinas de la villa.

La Sociedad pro-Monte Santa Tecla se fundó en 1912 con la finalidad de fomentar el turismo y poner en valor el monte Santa Trega, impulsando sobre todo su paisaje y el patrimonio arqueológico del yacimiento castreño. Esta Sociedad fue un motor social y cultural de A Guarda durante buena parte del siglo  XX, hasta que en el año 1979 sus socios se reunieron por última vez en asamblea general.

Con posterioridad se creó el Patronato del Monte Santa Trega, un órgano que, junto con el ayuntamiento, asumió los mismos fines que había tenido durante su funcionamiento la sociedad. En esta situación, la histórica sociedad perdió su razón de ser y dejó de tener actividad. Los años fueron pasando y dada esta falta de actividad y las nulas posibilidades de reactivación, algunos miembros de la última junta directiva consideraron que la mejor salida era su extinción. Entregando al Concello de A Guarda sus bienes a fin de garantizar que los mismos siguieran siendo de disfrute de todos los vecinos.

El proceso de extinción comenzó en el 2017 cuando los miembros vivos de la última junta directiva del año 1979 fueron convocados por el presidente en funciones, Antonio Martínez, a una reunión extraordinaria para tratar la disolución. En aquella reunión, que se prorrogó en dos sesiones más, en días diferentes, no se llegó a un acuerdo sobre la extinción. La intención última de parte de los miembros de la junta directiva era aplicar el artículo de su reglamento que dispone que en el caso de disolución los fondos que hubiere se destinarían a la beneficencia pública local, y el museo, biblioteca y demás enseres se entregarán, previo inventario  y en  calidad de depósito, al ayuntamiento u otra entidad de solvencia de la localidad.