Las víctimas del atropello mortal en O Rosal: «Le tendré manía toda la vida, pero fue una desgracia y punto»

a.martínez / e.v.pita VIGO / LA VOZ

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El accidente mortal tuvo lugar en marzo del 2016
El accidente mortal tuvo lugar en marzo del 2016 xoán carlos gil

Los ciclistas implicados en el accidente por el que ha sido condenado un hombre de 92 años creen que se hizo justicia

13 feb 2020 . Actualizado a las 08:33 h.

La sentencia que condena a cuatro años de cárcel a un hombre de 92 años por el atropello de un grupo de ciclistas en O Rosal en marzo del 2016 ha cumplido las expectativas de las víctimas. Jorge Arufe era el último por la derecha en la fila de dos. Pedaleaba con Nito, uno de los fallecidos cuando el conductor irrumpió contra el pelotón.

Afirma que valora la sentencia positivamente porque tenían una sensación de impotencia desde que ocurrió el siniestro. El fallo judicial estima que los deportistas circulaban correctamente, algo que ya había quedado claro con los informes de la Guardia Civil. También se aclara que el conductor temerario «hizo algo muy extraño, siempre tendremos la duda de qué le pasó en una recta de 800 metros». En circunstancias normales, es un accidente, pero no se podrá demostrar nunca si hubo alguna intencionalidad. «Pensamos que nos quería dar un susto y que le salió mal».

Lo que lamenta Jorge es que nunca pidiera disculpas. «Pudo hacerlo cuando tuvo el momento de decir la última palabra, pudo haber dicho que lo sentía». Recuerda que el acusado dijo al día siguiente del accidente que la culpa había sido de los ciclistas, «creando una polémica tremenda». Cree que si se hubiese disculpado, «no hubiésemos llegado a juicio».

Javier González Lago resultó gravemente herido en el accidente. Estuvo 20 días hospitalizado y las numerosas contusiones que sufrió con el atropello le mantuvieron un año y medio de baja. El miércoles afirmaba que la sentencia «era lo que esperábamos». «Te voy a ser sincero, por mí, que no entre en la cárcel, doy por hecho que fue una desgracia. El hombre ni nos vio, nos arrolló sin enterarse y fue un desgraciado accidente». También le dolió que en su día no pidiera perdón y que intentara echarles la culpa. «Eso fue lo peor, pero después considero que una persona de 92 años si entra en la cárcel es una sentencia de muerte y no lo deseo lo que le pasó a mis compañeros, no se lo deseo a nadie». En su opinión, la sentencia debe servir para «dar un escarmiento a los conductores» y que no vuelvan a repetirse este tipo de accidentes mortales. «Conducimos de forma agresiva y a ver si la gente se conciencia un poco de que la carretera es de todos, que hay motos, ciclistas, gente corriendo». «Al tipo le tendré manía toda mi vida porque mató a dos amigos, pero fue una desgracia y punto», asegura.

Álvaro Gómez es presidente del Illas Cíes Cycling Team. Él no tuvo nada que ver con aquel siniestro, pero también ha sufrido la irresponsabilidad en la carretera. Fue arrollado con otros ciclistas por un vehículo de un conductor mayor de ochenta años.

«Una persona al volante que no presta atención o conduce bajo los efectos del alcohol y provoca un accidente tiene que asumir que tiene un arma que puede matar a otros y eso no puede quedar impune», afirma. En su opinión, «no puede ocurrir que si un excede los límites de velocidad, o no presta atención porque va 'wasapeando' y provoca un accidente salga impune, tiene que estar tipificado con estas penas». Dice que se aboga por un endurecimiento «para que la gente preste más atención y sea consciente».

El juez condena a 4 años de cárcel al conductor: «Iba distraído, veloz y arremetió al grupo»

El Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra condenó a cuatro años de cárcel al conductor. La condena incluye la retirada del carné de conducir. Le condenan por dos delitos de homicidio y ocho de lesiones, todos por imprudencia grave. Indemnizará con 1,84 millones al exvicerrector universitario José Antonio Vilán por sus secuelas y por arruinarle su carrera profesional. Conceden otros 4.405 euros por los daños en la bicicleta a otro ciclista. El resto de los heridos y las familias de los fallecidos cerraron antes un acuerdo extrajudicial.

El juez recalca que el vial estaba señalizado «de forma reiterada» y que el conductor conducía «de forma distraída y sin prestar la obligada atención», excedía la velocidad, incumplía las restricciones de su permiso, y «arremetió violentamente» al pelotón sin hacer una evasión.