El noviembre más lluvioso de la década frena en seco la captura de la angula

Monica Torres
M.Torres TUI

A GUARDA

M. Moralejo

La primera luna de la temporada es la de peores resultados del lustro, con solo 70 kilos de capturas frente a 170 en el 2018

10 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocas posibilidades hay de degustar angula del Miño estas Navidades. Al menos de momento, porque aunque aún falta otra luna antes de Nochebuena, el primer período de campaña se ha cerrado sin saber siquiera si hay o no producto en el Miño. Según las estadísticas de la Xunta, el arranque de la campaña es el peor del lustro en cuanto a cantidades y el segundo en precios. En los diez días de faena pasaron por lonja un total de 70 kilos de angula, frente a los 170 de noviembre del año pasado o los 395 del ejercicio anterior. Como contrapartida, los precios han sido al alza y solo en el 2015 se superaron los 409,15 euros a los que se pagó de media el kilo en este inicio de temporada. En aquel 2015 alcanzó los 421 euros de media, pero también se había conseguido más producto, con 183 kilos en lonja.

Las ventas de esta primera luna de la temporada, ya que la angula se captura durante los diez días comprendidos en entre cuarto menguante y cuarto creciente, han supuesto un total de 28.652 euros, según los registros de la Xunta en la lonja de A Guarda.

Pese a que las capturas hayan caído en picado es aventurado prever el resto de la campaña ya que son datos relativos al noviembre más lluvioso de la década. La angula se pesca cuando el curso del río invierte. El río siembre discurre hacia el Atlántico, y cuando la fuerza de las mareas consigue darle la vuelta al curso del agua, este invierte y se coge la angula porque aprovecha para salir de la arena», explica Fernando Ferreira, presidente de la Asociación de Pescadores del Miño. El exceso de lluvias hizo que desde Tabagón hacia arriba no se invirtiera el curso por lo que era imposible capturarla y por eso hubo pescadores que, pese a contar con la preceptiva licencia, ni siquiera salieron a faenar.

«Río arriba no podemos saber si hay, es difícil aventurar si ha entrado o no angula y, de hecho, ya pocos salieron los últimos días y se concentraron más en la desembocadura», indica Fernando Ferreira. Este tramo internacional del estuario es la única zona fluvial de todo Portugal en la que se permite la captura del oro negro del Miño.

«Tendrían que cambiar mucho las circunstancias para que pudiéramos comer angula del Miño este año. Lo más importante es que pare de llover para que el río pueda estabilizarse y, entonces ya se vería», señala Fernando Ferreira. Las perspectivas meteorológicas no son muy halagüeñas pero para la próxima luna, que arranca el jueves 19 de diciembre, serán más los pescadores que salgan a buscar el escurridizo pez ya que la Navidad es la época de mayor demanda pese a que los precios llegan a duplicarse.

Son en total cuatro lunas por campaña así que la última será en febrero. Fueron precisamente los pescadores los que acordaron reducir una campaña que antes se prolongaba hasta abril para proteger la especie ya que también esta en vigor el plan europeo de recuperación de la anguila. El año pasado fueron 81 los permisos que concedió la Comandancia Naval del Miño y, en este, para la primera luna la cifra bajó hasta los 72. El exceso de caudal es bueno, sin embargo, para sanear las aguas y permitir que otras especies, como la lamprea, remonten el río.

La obligación de pasar por lonja y por lo tanto, de poder contabilizar todo lo que se pesca de la cría de anguila, ha sido muy importante ya que permite con transparencia trabajar en un difícil mercado y con mayor seguridad. Los registros constan y son públicos desde el 2012.