A Guarda y Caminha buscan alternativas a un ferri poco funcional y aspiran a ser paisaje cultural de la Unesco

carlos ponce A GUARDA / LA VOZ

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Oscar Vázquez

25 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A Guarda y Caminha son conscientes de que no conseguirán una eliminación completa de sus fronteras hasta que estén adecuadamente comunicadas. El ferri, que lleva más de veinte años en funcionamiento, no es todo lo funcional que podría ser. Los horarios cambian en función de las mareas y en muchas ocasiones no pueden realizar algunos trayectos porque el río acumula gran volumen de arena.

«Necesitamos buscar fondos para facer un estudio técnico para conseguir unha comunicación sostible entre Caminha e A Guarda para o futuro. Xa sexa outro barco, un túnel, unha ponte... O ferri ten os días contados», asegura el alcalde de A Guarda, Antonio Lomba. Este estudio técnico que aporte posibles soluciones se solicitaría en el marco del proyecto Smart Río Miño mediante fondos europeos.

«Non temos unha administración nin servicios compartidos porque non estamos comunicados. Estar separados é un erro», se lamenta Lomba. Esa falta de un puente internacional, no obstante, no impide que ambos municipios organicen actividades conjuntas. Sin ir más lejos, una representación de Caminha y otra de A Guarda, con los alcaldes incluidos, realizaron de forma conjunta el Camino de Santiago e incluso siguieron itinerario hasta Fisterra.

Otro de los proyectos más deseados por ambos municipios es conseguir que el estuario del río Miño entre en la lista indicativa para que sea declarado paisaje cultural de la Unesco.