Santo Tomé y Príncipe libera al barco gallego «Alemar Primero»

F. Fernández REDACCIÓN

A GUARDA

El palangrero llevaba dos semanas retenido acusado de pesca ilegal

20 ago 2016 . Actualizado a las 01:11 h.

Un día antes de que se cumplieran las dos semanas de retención forzosa en el puerto de Neves, el Gobierno de Santo Tomé y Príncipe entró ayer en razón y comunicó al Alemar Primero que quedaba libre. Y que no le iba a imponer sanción alguna porque, efectivamente, no había practicado la pesca ilegal, como le insistían, no solo el armador del palangrero de A Guarda, sino también la Comisión Europea y la Secretaría General de Pesca (Ministerio de Agricultura).

La directora gerente de la organización de palangreros de A Guarda (Orpagu), Juana Parada, informó ayer a última hora de la tarde de la liberación del pesquero. Acaba así una pesadilla para la tripulación -compuesta por gallegos, nativos de Santo Tomé y también de Namibia-, que comenzó el sábado 6. Era el primer día de trabajo para el Alemar Primero, que se dedica a la pesca del pez espada, cuando fue abordado por un buque gris, sin identificación, y que lucía las fauces de un tiburón en su proa. Los marineros se temieron lo peor, que se les acercaban piratas del Golfo de Guinea. Y se echaron a temblar. Pero no. Eran militares armados de Santo Tomé, acompañados de otros de Gabón y de ecologistas de la organización Sea Shepherd, a la que pertenece el barco en el que iban a bordo. Inspeccionaron el palangrero y hallaron en las bodegas tintoreras azules, familiares de los tiburones. Y empezó la pesadilla. Las autoridades africanas retuvieron el palangrero gallego porque, sostenían, esa especie no se podía capturar porque estaba excluida en el acuerdo pesquero entre Santo Tomé y la Comisión Europea. En medio de las negociaciones, políticas y diplomáticas, para deshacer el entuerto, el país africano abrió un expediente de sanción contra el Alemar y el armador del buque contrató a un abogado local para defenderse. De poco sirvieron hasta ayer las comunicaciones enviadas a Santo Tomé, tanto desde Bruselas, como desde Madrid, confirmando que la tintorera (los tiburones) es una especie incluida en el pacto pesquero.

Finalmente, el país africano ha retirado todos los cargos.

Queda por resolver la queja formulada por el armador y Orpagu por el modo en que fue abordado el pesquero, que rechazó también el ministerio. Pero, el Alemar sí tendrá que hacer frente en España a una posible sanción por procesar a bordo las tintoreras, una práctica prohibida por la Unión Europea. Los tiburones deben ser almacenados enteros a bordo y cortados en trozos una vez en tierra.