Macroexcursión interparroquial a A Cañiza

Ribeira / La Voz

A CAÑIZA

Cinco autobuses y una furgoneta transportaron a 250 personas a la actividad

22 sep 2022 . Actualizado a las 09:26 h.

Con motivo de la celebración de las fiestas de A Virxe da Franqueira, los sacerdotes José Ortoño y Marcelino Sánchez organizaron una excursión a A Cañiza, que tuvo tanta aceptación que se vieron obligado a fletar cinco autobuses y una furgoneta con el fin de dar servicio a las 250 personas que se apuntaron y que disfrutaron de una jornada de fe, gastronomía e incluso de compras aquellos que quisieron hacerlo en Valença do Miño.

Se juntaron fieles de las parroquias en las que están al frente ambos curas. Por la zona de Noia, las de San Martiño, Santa Cristina de Barro, O Obre, Tállara, Argalo, Roo y Toxosoutos, mientras que de la parte de Arousa norte, las de Santiago de Lampón, San Isidoro de Posmarcos, Asados, Isorna y Leiro, aunque también se sumaron personas ajenas a estas feligresías.

Salieron muy temprano en dirección a A Cañiza, ya que, además de asistir a la misa solemne en honor de la santa, tanto José Ortoño como Marcelino Sánchez concelebraron la eucaristía, al frente de la que estuvo el obispo de Tui-Vigo, Luis Quintero Fiuza.

Al finalizar la misa salió del templo la procesión que tiene como peculiaridad que la imagen de la virgen es transportada en un carro de bueyes. Fue José Ortoño el encargado de presidir el desfile que dio la vuelta al santuario de Santa María da Franqueira, que domina los valles de Covelo y Mondariz.

Comida en Vilasobroso

Tras acabar los actos religiosos, la totalidad de los 250 vecinos de la zona de Barbanza y Noia se desplazaron al restaurante Castelo, en Vilasobroso, donde compartieron un almuerzo que finalizó muy animado por los cantares de los presentes.

No se acabó ahí el viaje, ya que, después de la comida, los vehículos salieron rumbo a la fortaleza de Valença do Miño donde, quién quiso, pudo realizar compras en la zona de tiendas de intramuros, mientras que otros optaron por disfrutar del ambiente de la población del norte de Portugal. Cuando se acercaba la noche, se encaminaron a las zonas de procedencia.

Los asistentes dejaron constancia de su satisfacción por lo entretenida que fue la jornada en la que tuvieron ocasión de intercambiar pareceres con personas de parroquias bien distintas, mientras que los impulsores del viaje, ambos párrocos, tomaron nota y destacaron que el buen resultado les anima a organizar otras excursiones interparroquiales a lugares en los que haya celebraciones relevantes.