Un proyecto de pueblo iniciado una década atrás con final en la élite

la voz VIGO

A CAÑIZA

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A Cañiza comenzó con esta generación en alevines y ahora alcanza la División de Plata

07 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Somos de pueblo» es el eslogan del Balonmán Cañiza. El hilo conductor de un proyecto que hace diez años comenzó con unas niñas de la localidad en edad alevín y que culminó en la noche del sábado con el histórico ascenso a la División de Honor Plata, el segundo peldaño a nivel estatal del balonmano femenino. Una pica más en el crecimiento de un club que se ha convertido en todo un ejemplo de pujanza desde la Galicia interior.

«Estamos contentos e emocionados», comenta Rubén Fernández, el presidente que recuperó el proyecto del balonmano en A Cañiza una década atrás y ahora recoge los frutos. Con el equipo sénior masculino asentado en Primera Estatal y con la base en crecimiento, faltaba el espaldarazo del equipo femenino, una sección que encomendaron a Carla Abad, que coordina todo el balonmano femenino del club y ejerce de jugadora de referencia del sénior. Ella, que ya lleva un lustro en A Cañiza, es una de las pocas sin el ADN local de serie. «Levo aquí dende alevín de primeiro ano», indica Ana Rodríguez Vicente, la capitana de solo 19 años. Ella, natural de A Cañiza, vivió en primera persona todo el proceso.

Fueron campeonas gallegas en infantiles, segundas en cadetes y apuntaban al tercer puesto en juveniles. «Vimos que eran moi boas», recuerda Rubén Fernández rememorando la década prodigiosa de esta generación. Por eso, la temporada pasada comenzaron a tener conciencia de que el asalto a Plata era posible. «Puxemos ese obxectivo e buscamos a plantilla e os medios e cando te propós algo tan ilusionante como isto acábalo conseguindo», dice la capitana.

El club lo puso todo de su parte para organizar la fase de ascenso como local aunque el canon costase 5.500 euros y puso en funcionamiento toda la maquinaria para involucrar a un pueblo volcado y teñido de rojo. «Ser de pueblo era un etiqueta despectiva, pero nós démoslle a volta e presumimos de que somos do pobo, que somos especiais, que podemos con todo, para nós ser de pobo é ser valentes», asegura el presidente.

Ana, que estudia en Vigo y regresa a su pueblo todos los días para entrenar y ayudar en las tareas del club, ve reflejada su lucha en la frase que le llevó hasta el segundo peldaño: «Para nós a frase vén acompañada de moitos feitos, que todo o mundo estea involucrado é moi bonito e ilusionante. Iso é o que nos mantén con ganas e con forza».

Un extra que apareció en la final con el Unión Financiera de Oviedo, un equipo mucho más físico que acabó claudicando tras un partido muy apretado. «Foi unha guerra. Elas eran un equipo grande, de veteranas, preparado para ascender, e nós xogamos cunha mestura de veteranas e novas. Carla (Abad) lanzou ás xuvenís e coméronse o partido», recuerda el presidente. «Foi igualado e soubémolo levar ó noso terreo», dice una de las protagonistas. Para ambos el apoyo de la grada de O Polvorín fue clave. Incluso, pese a tener una pantalla gigante en los exteriores del pabellón, tuvieron que frenar a muchos aficionados que llegaban a la puerta para ver los partidos en directo.

El triunfo del sábado dio lugar a una noche larga en A Cañiza para celebrar el histórico ascenso, pero apenas catar la cama no fue óbice para que el equipo volviese a ganar el tercer partido para finalizar invictas la fase del ascenso.

Ayer por la tarde el plantel de pueblo tuvo su vuelta de honor por A Cañiza para celebrar con todo el municipio el éxito. El punto y final a unos festejos que no impiden al club pensar ya en el futuro. Calculan que el ascenso a Plata supondrá unos 50.000 euros más de gastos en la presupuesto global del club. En lo deportivo, apostarán por la gente de casa con uno o dos refuerzos de garantías y su desembarco no será con vocación de cumplir el expediente. Llegan a Plata con la intención de sentar las bases de la continuidad. Porque en un pueblo todo es posible.