O ferrador comenzó en el oficio, al que entregó su vida, a los 14 años
10 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.A Paradanta recordará hoy en una misa a Antonio Pérez Gregorio, conocido como O ferrador, al último herrero de la comarca, que falleció hace un año. Nacido en A Cañiza en 1921, hijo y sobrino de herreros, conoció el oficio desde niño. Con 14 años comenzó a trabajar poniendo herraduras en frío a caballos y bueyes. En 1942 ingresó en el Regimiento 88 Visto Magner de Acompañamiento, que contaba con 88 mulas y 36 caballos. Tras hacer el servicio militar en Ourense, se licenció en 1945 siendo un experto en herraje en caliente.
A los 24, con diez años de experiencia en el oficio, se hizo cargo de la herrería familiar en la calle Villanueva. Su trabajo le apasionaba hasta el punto de que por las noches soñaba con él. Esta ilusión lo llevó a fabricar herraduras ortopédicas para animales defectuosos e inválidos. De esta forma, los equinos podían desempeñar las tareas y servicios de la casa en unas fechas en las que las caballerías eran muy preciadas. Antonio disfrutaba cuando entraba un caballo con un defecto al andar y salía sin él.
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