A Cañiza salva una de sus joyas del románico tras doce años de lucha

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera A CAÑIZA / LA VOZ

A CAÑIZA

Cedida

La tramitación fue larga por la burocracia de la confederación y las quejas vecinales

18 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A Cañiza ha logrado salvar una de sus joyas patrimoniales, un puente del románico amenazado por el constante paso de vehículos pesados. Se trata del viaducto medieval de Achas, un ejemplo de arquitectura fluvial de la época. El otro está ubicado en Valeixe. Pero mientras el primero registra un intenso tráfico de vehículos, el segundo tienen una circulación escasa.

El puente románico de Achas se ha usado desde tiempos seculares para acudir al santuario de A Franqueira, uno de los centros de peregrinación más importantes de Galicia. La devoción es tan antigua que en tiempos de la Reconquista comenzó a escenificarse en este lugar el auto de fe en el que se produce un enfrentamiento entre un musulmán y un cristiano y el primero acaba abrazando el cristianismo tras una disputa.

El municipio lleva desde el 2004 reivindicando que se pusiese a salvo esta joya milenaria. Los vecinos se movilizaron recogiendo firmas pero durante muchos años nadie les hizo caso. Aquel año, el entonces alcalde de A Cañiza, César Mera, se había hecho eco de la preocupación que mostraban por el estado del puente. La Diputación hizo oídos sordos hasta que 14 de diciembre de 2012, el expresidente provincial Rafael Louzán le aseguró al alcalde Miguel Domínguez que la actuación estaba incluida en los presupuestos para el siguiente ejercicio. Louzán presentó el proyecto el 27 de enero de 2014 en el salón de plenos de A Cañiza y los técnicos de la Diputación explicaron a los vecinos de Achas el proyecto, que contó con una aprobación mayoritaria.

Sin embargo, la obra sufrió un importante retraso en su ejecución motivado por acciones políticas del grupo socialista del municipio, que forzó la suspensión de la aprobación definitiva de la obra para abordar alternativas al trazado original, para que no discurriese tan cerca del puente anterior. La tramitación también sufrió el inconveniente de la Confederación Hidrográfica del Miño Sil que tardó dos años en tramitar el proyecto.

Inversión con retraso

Finalmente, se llevó a cabo con una inversión de 600.000 financiados por la Diputación de Pontevedra. Para eludir el puente románico, que queda restringido solo para uso de los habitantes de la zona en casos puntuales, se ha construido la variante de la carretera provincial EP-5102. Absorberá todo el tráfico al santuario y su entorno, que es muy intenso los fines de semana por las romerías que se suceden por la devoción mariana.

El nuevo vial tiene 650 metros de longitud en los que se incluye un puente sobre el río Deva de 30 metros de longitud repartido en tres vanos con margen para el tráfico peatonal. El puente tiene nueve metros de ancho.