La torre Quirosno, el castillo frente al mar que busca nuevo dueño en Praia América

La Voz NIGRÁN

VIGO

cedida

Construida en 1938 por un discípulo de Antonio Palacios, esta joya arquitectónica de 11 habitaciones en primera línea está a la venta por 3,2 millones de euros.

03 may 2025 . Actualizado a las 01:58 h.

En el extremo más visible de Praia América, en Nigrán, se alza una construcción tan insólita como cautivadora. Se trata de la torre Quirosno, una vivienda unifamiliar que parece un castillo medieval, con su torreón almenado y sus muros de granito marcados por el salitre del Atlántico. Esta edificación, que forma parte del imaginario colectivo de la comarca de O Val Miñor, está ahora a la venta en el portal Idealista por 3,2 millones de euros.

La casa, de 322 metros cuadrados y 11 habitaciones, fue levantada en 1938 por el arquitecto Emilio Salgado Urtiaga, discípulo directo de Antonio Palacios, figura clave del modernismo gallego. Su estilo se inscribe en el llamado regionalismo gallego, un movimiento arquitectónico que reinterpretó las formas populares y tradicionales de Galicia dotándolas de monumentalidad. En este caso, la torre Quirosno es una síntesis perfecta entre vivienda residencial y símbolo paisajístico, con una fachada que evoca fortificaciones antiguas pero interiores concebidos para la vida cotidiana.

El inmueble cuenta con una superficie construida de 320 metros cuadrados, repartidos en cinco alturas. En la planta baja, una vivienda independiente de 147 metros dispone de un amplio salón-comedor con vistas al océano, cocina con despensa y un dormitorio de servicio con baño. En las plantas superiores se distribuyen otras estancias luminosas, con grandes ventanales orientados hacia el mar y las playas de Area Fofa, Patos o Ladeira. La parcela, de casi 600 metros cuadrados, incluye un jardín privado y ofrece acceso directo al paseo marítimo de Praia América.

Pese a su apariencia de fortaleza, la torre Quirosno ha sido concebida como un espacio funcional y habitable. Su interior conserva elementos de época, pero también incorpora comodidades modernas. Es una propiedad que puede servir tanto como residencia habitual o segunda vivienda como para un uso turístico exclusivo, en un entorno de alto valor paisajístico y cultural.

La casa toma su nombre del rótulo que luce sobre el torreón principal: «Quirosno», una palabra sin traducción aparente que muchos vinculan a una inscripción decorativa o a un nombre de fantasía ideado por sus primeros propietarios. Sea como fuere, el topónimo inventado ha calado entre los vecinos, que reconocen al instante esta torre como uno de los iconos visuales del litoral miñorano.

Quien adquiera esta vivienda no solo comprará una casa junto al mar, sino también una pieza única de la arquitectura gallega del siglo XX. Desde su atalaya, la torre Quirosno sigue desafiando al tiempo y al viento, esperando a un nuevo propietario que entienda su singularidad y sepa convivir con su historia.