La viguesa grabó con su asociación Derecho a Morir Dignamente un vídeo antes de recibir la eutanasia
22 nov 2024 . Actualizado a las 02:05 h.«Paréceme un broche final que nin o dunha película de Hollywood, nunca esperei un final de vida tan bonito coma este», destacaba Laura Fernández Abalde desde la habitación 705 de la planta de cuidados paliativos del Meixoeiro. Así lo dice, con su infinita sonrisa, en un último vídeo que grabó para la asociación Derecho a Morir Dignamente, entidad en la que militó desde 2006, antes de recibir la eutanasia.
«Moitas persoas dixeron que eu lles din unha lección de vida. E eu digo que se a miña experiencia vai ser boa para vós xa son afortunadísima», destaca Laura, que agradece la seguridad que le dio ser socia de Derecho a Morir Dignamente porque sabía «que calquera cousa que tivera que coa morte podía consultalo con alguén». Además, recuerda que «morrer, imos morrer todos, pero a que eu elixín paréceme marabillosa».
Laura recibió hoy la eutanasia después de una lucha para agilizar los plazos que emprendió el pasado 25 de octubre, cuando ingresó en el hospital Meixoeiro. Aquel día, era un viernes, la solicitó, pero la doctora le dijo que esperara al lunes, que «tenía que estudiar el procedimiento». La presidenta de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria, Susana Aldecoa, recordaba hoy en Radio Voz que «los protocolos y la ley están claras, pero falta experiencia y formación». Así lo sintió Laura. Cinco días después de su ingreso, el miércoles 30 de octubre, realizó su primera solicitud de eutanasia, pero «no tenía tanto tiempo». Su cáncer iba más rápido que los trámites legales. El plazo para solicitar una eutanasia dura «aproximadamente 45 días», lamentaba Laura. Necesitaba el informe positivo de dos médicos diferentes y el visto bueno de la Comisión de Garantía del Sergas, que lo recibió el lunes, 21 días después de haberla solicitado. Laura, con su lucha, el apoyo del equipo médico de Meixoeiro y la implicación de su asociación Derecho a Morir Dignamente, consiguió agilizar los plazos y pudo poner fin a su vida como quería: «feliz y rodeada de los suyos».
El último adiós a Laura será mañana a las 18.00 h en Vigomemorial. No quería flores, «que gasten el dinero en ayudar al Centro Cultural de Beade», deseaba.