La canguesa, como integrante del barco dragón mixto español, se proclamó subcampeona en la cita de Filipinas
14 nov 2024 . Actualizado a las 20:10 h.Marta Iglesias (Cangas, 1999) comenzó en el mundo del piragüismo en el Ría de Aldán cuando tenía diez años y fue creciendo hasta alcanzar la internacionalidad. Durante un tiempo, cuando residía en Italia, decidió aparcar el deporte, pero de regreso, lo retomó y como premio, a los 25 años, acaba de colgarse una medalla de plata en el Mundial de barco dragón. La canguesa formó parte del bote mixto que se hizo con la segunda plaza en la cita de Filipinas y, además, cosechó también un cuarto y un quinto puesto en una prueba donde participaron 24 países.
«Estiven no equipo nacional hai uns anos e logo de ter un parón e volver a adestrar de novo, isto é un premio a todo este esforzo. Unha nova experiencia e é algo que me motiva para seguir cara adiante», dice la canguesa, nutricionista de profesión (trabaja para una residencia de la tercera edad) que en la actualidad reside en Sevilla y compite con los colores del Náutico local.
La aventura el dragon boat comenzó con el selectivo de Trasona, donde la formación de la capital andaluza quedó en segunda posición, por detrás de un barco pontevedrés. Sin embargo, el bote ganador tuvo dos bajas y como el reglamento indica que deben ser cubiertas con el subcampeón, Marta Iglesias fue una de las elegidas para formar parte de la expedición y después de un largo viaje a la isla de Palawan, todo salió rodado.
En el barco mixto, formado por 22 palistas, el combinado español fue el primero en salir a cubrir la contrarreloj de 2.000 metros, consiguiendo la segunda posición por detrás de la República Checa. «Foi un momento de moita felicidade», recuerda. En las pruebas femeninas tampoco le fue mal: un cuarto puesto en los 2.000 metros, un quinto en la de 500 y a las puertas de las semifinales en los 200 metros.
Marta Iglesias ya había participado en el Mundial de Chequia de la misma disciplina dos años atrás y pudo comprobar de primera mano el salto de nivel experimentado: «O barco dragón cada vez ten máis auxe, está crecendo moito e cada vez ten máis nivel. Con respecto á Recice hai moito máis. É unha modalidade que chama moito á xente, especialmente á veterana, para facer deporte e convivencia. Está medrando máis na categoría sénior e hai bastante nivel. Cada ano hai un barco novo que se presenta e é competitivo». En medio de este auge, el piragüismo español demostró su gen competitivo: «Fixémolo bastante ben».
La adaptación de un palista a un barco dragón no es tarea sencilla para nadie. Marta recuerda: «Ao principio, cando montas as primeiras veces, é complicado porque o espazo que tes entre ti e o compañeiro de adiante é moi pequeniño, necesítase moita coordinación e temos diante ao tambor, que é o que vai marcando o ritmo. Hai que estar moi atento, porque perdes calquera detalle nesa palada e podes facer que o barco vaia mal coordinado. Tes que ser un equipo».
A nivel anatómico tampoco nada tiene que ver con el piragüismo tradicional. «Vas tamén sentado, pero tes que levar unha perna adiante e outra atrás, remas por un lado, a pa é diferente e utilizas diferentes músculos».
Que sea una disciplina diferente no aparta a Marta del piragüismo tradicional que sigue realizando con el Náutico de Sevilla. «Compito a nivel autonómico e nacional. Se fago deporte, gústame competir, son ambiciosa». Por eso se colgó una plata mundial al cuello en las lejanas Filipinas.