Jorge Flórez graba y produce a nuevos músicos y grupos, y también a los que ya son más veteranos, en el estudio que comenzó a levantar hace ocho años
03 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Si no tienes un lugar donde hacer música, constrúyelo tú mismo. Eso fue lo que decidió Jorge Andrés Flórez hace ocho años cuando comenzó a montar su propio estudio de grabación, ahora bautizado como La Kaleta. Lo que comenzó como un espacio personal donde desarrollarse musicalmente de manera independiente, se convirtió en un punto de encuentro en el que jóvenes de Vigo y de Galicia y más allá pueden grabar sus canciones.
Cuando comenzó a hacer música se dio cuenta de que no existía una oferta asequible para los principiantes: «Por tres horas te cobraban cincuenta euros», rememora. Por eso su objetivo, asegura, siempre ha sido hacer accesible la música a todo el mundo. Su tarifa suele ser de 20 euros por canción. «Yo no puedo exigirle más a gente que desempeña empleos como camareros», ejemplifica.
«Yo he tenido trabajos donde el sueldo de una tarde eran esos veinte euros y me hubiera gustado, cuando no tenía el estudio, que me ofrecieran la garantía de un buen sonido a un precio bajo». Lo que Jorge prima por encima de todo es la ilusión y las ganas: «Si les veo que las tienen y se esfuerzan, directamente ni les cobro y pasan a formar parte de lo que es La Kaleta y el colectivo de gente que tengo dentro del estudio». Su objetivo como productor y artista siempre ha sido colectivo, ya que «para poder aprender siempre he necesitado de gente que está empezando, pero también de otros que ya tienen vuelo».
Montar su estudio le llevó a profesionalizarse y «tuve que aprender a tocar la guitarra, el piano y la armónica. Además de dominar la parte técnica para hacer las bases». No solo los que están empezando, sino artistas que ya llevan años de trayectoria en la cultura underground, han querido meterse en su cabina. «Ha venido en más de una ocasión JCA, de Vigo, pero también Moonkey, que es de la escena madrileña». Incluso artistas de la otra costa del país han querido trabajar en su estudio: «He tenido apoyo de gente de Barcelona como Slim Rock, pero también de colectivos vigueses como Barrio Sound, que es parte de la historia del rap de esta ciudad».
Lo que más le enorgullece es que personas que nunca antes habían entrado en una cabina «vayan después a otros estudios con confianza. Me gusta pensar que aporto mi granito de arena a la escena musical de la ciudad». Su sueño es seguir formando a artistas pero «aspiro también a hacerlo con productores». Además, le haría ilusión organizar eventos en Vigo.
Aunque crecer en la escena underground es difícil, porque «quien tenga más medios va a conseguirlo antes», sí que cree que en estos momentos «hay artistas vigueses que están siendo bastante punteros y eso no va a dejar de pasar».