El Concello ejerce durante los últimos meses una cruzada contra los locales de ambiente nocturno que incumplen la legalidad vigente. A poca distancia del Versace, el Concello ordenó en julio el cierre de La Molletería, un after-hours de García Barbón tras comprobar que no cumple con la licencia de bar sin música. La administración local también denegó la licencia a la discoteca Tokio, en la calle Pontevedra y ordenó el cierre de la Teta Enroscada, situado en la parte trasera de la calle Barcelona por desarrollar una actividad ilegalizable sin licencia. Urbanismo también ordenó el cierre del Nébula, en la calle Luis Taboada.
Otro caso polémico fue la orden de cierre de la discoteca del Palacio de la Oliva. El Concello ordenó el cese de la actividad hace un año «por no ajustarse a la autorización que tenía concedida de uso sociocultural y recreativo». El gobierno local tomó la decisión de interrumpir el funcionamiento de la actividad con música en una de las zonas del edificio del Casco Vello recientemente rehabilitado. Un informe del arquitecto municipal señalaba que las actividades del pub y de la discoteca «no son legalizables por tratarse de usos prohibidos en el ámbito del Plan Especial (Pepri) del Casco Vello».
Además, el juez condenó este verano al Ayuntamiento a actuar contra un pub de la calle Rogelio Abalde, el Alean Tropical. Un vecino afectado presentó numerosos escritos al Concello por exceso de ruidos y, como no le hicieron caso, presentó una denuncia en el juzgado, que falló a su favor.
En todos los casos se han producido quejas y denuncias de los vecinos, que reclaman su derecho a poder descansar especialmente durante las noches de los fines de semana.