Raquel Álvarez dejó su profesión de peluquera para dedicarse a la repostería creativa y, junto a su marido, puso en marcha Dulce Locura, que se encuentra en plena campaña de Halloween
26 oct 2024 . Actualizado a las 00:54 h.Hace una década, Raquel Álvarez comenzó a interesarse por el mundo de la repostería aunque el suyo nada tenía que ver con eso más allá de que le gustara el dulce. «Empecé experimentando en casa, haciendo tartas para mi familia, que a veces me salían bien y otras no tanto», reconoce, pero en el proceso fue aprendiendo hasta perfeccionar recetas que cada vez más le suponían un reto más que superar. «Y cada vez tenía más pedidos, de mi familia, de gente que les conocía, a amigos... y al final no tenía casi ni tiempo para algo que empecé como un simple hobby», cuenta.
La viguesa, que era peluquera de profesión, acabó cambiando la tijera por la espátula después de un período de reflexión en el que su marido, Mikel Rodríguez, tuvo mucho que ver. «Él tenía algo de experiencia, ya había trabajado en hostelería antes, y en el momento en que ambos decidimos dar el salto, estaba empleado en una empresa de seguridad», relata. La pareja hizo cuentas, diseñaron un proyecto que combinaría cafetería, a la que se dedicaría él, y postres que haría ella misma en el obrador del local especializado en desayunos y meriendas con cafés de especialidad e infusiones de sabores poco convencionales, zumos, batidos, tostadas, tartas, cupcakes, dónuts, gofres, tortitas, galletas... y todo un mundo de color rosa a su alrededor que resultó un éxito.
Como se liaron la manta a la cabeza, lo bautizaron como Dulce Locura (calle Barcelona, 85) y desde hace justo ahora tres años, satisfacen el antojo de azúcar de decenas de clientes que se dejan envolver cada día por un ambiente muy cuqui, estilo coquette, presidido por un enorme panel lleno de rosas que montaron ellos mismos una a una. «Me encantaba este estilo inglés y cuando lo hicimos, no había ningún local con nada parecido en decoración», apunta la joven emprendedora que está inmersa en uno de los meses más intensos de su negocio, ya que la cercanía de Halloween les lleva, desde hace ya unas semanas, a añadir a su carta, dulces que tengan que ver con esta fiesta.
«La calabaza es un ingrediente fundamental para las elaboraciones que hago pensando más en los mayores que en los adultos que en niños», cuenta Raquel, que explica que además de muffins y bizcochos que hace con la anaranjada cucurbitácea tan típica del otoño, en esta temporada, la tendencia adulta incluye a los cafés de aroma, como el pumpkin spice combina: «Lo hago yo misma, elaboro un sirope que lleva calabaza asada, le echo especias como canela, clavo y otras, y sirope de arce, después mezclo el café solo con ese líquido y le añado leche y también nata al gusto», explica. En cambio, para el gusto infantil, los productos entran más por los ojos, por eso en ese caso presta más atención a las formas y el colorido de las gallegas con formas de brujas, arañas, fantasmas, murciélagos y otras terroríficas criaturas. También la calabaza en su expresión infantil, con cara y boca, forma parte de la performance estética de Halloween a pesar de que esta hortaliza, por sí misma, ya adquiere formas monstruosas creciendo en las huertas, pero por si acaso.
El calendario de los profesionales de la pastelería es una estresante carrera en la que no hay tiempo que perder. «Podríamos hacer todo esto durante más días, pero en cuanto pasa el 1 de noviembre, la gente ya te está pidiendo cosas de Navidad», argumenta en un descanso de la intensa jornada en Dulce Locura, local pet friendly que curiosamente ocuparon antes otros obradores creativos como Suculenta, Vanilla y San Coffee. «Ellos estaban más centrados en la repostería, que es mi ilusión, dedicarme solo a las tartas decoradas, que de todas formas, sí que hago por encargo», advierte.
Samaín o Halloween
Cada año, las fiestas de Halloween tiene más adeptos. Conviven con el intento de que no se pierdan tradiciones más arraigadas al territorio, como la celebración del Samaín, de raíz celta y la misma escenografía respecto al protagonismo de las calabazas. Raquel Álvarez indica que en Dulce Locura se decantan por la creatividad inspirada en Halloween porque su público viene buscando eso, «un toque diferente, si hago pasteles tradicionales, no se venden». Es una máxima que llevan a cabo todo el año. Por ejemplo, en Reyes, Mikel hace roscón de pistacho.