Iván Losada volvió al club para ayudar a su ascenso y ahora disfrutará de nuevo en Liga EBA, categoría a la que vuelven un año después
11 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El Porriño Baloncesto Base comienza este sábado la temporada de su regreso a Liga EBA. Descendió y ha recuperado la categoría fiel a su estilo, con gente de casa como lo es su capitán —junto a Iker Besada— Iván Losada (O Porriño, 1996). En su caso, estuvo un tiempo fuera, regresó para ayudar al equipo a recuperar su sitio y continúa este curso. «Hice un parón, pero diría que fácilmente llevo veinte años ligado al club, toda la vida», cuenta a sus 28.
La temporada del descenso fue una de las que no estuvo. Fue una época en la que residió fuera y le pilló en la distancia. «Al volver aquí, como siempre mantuve muy buena relación con Jenaro (Alonso, su entrenador), hablando con él, me convenció», indica. Y en ningún momento se ha arrepentido. «Fue una buena decisión, porque la temporada pasada fue muy buena a nivel personal y con el equipo», indica recordando que lograron el ascenso.
Durante el parón, estuvo «totalmente apartado» del baloncesto, confiesa. Necesitaba ese tiempo de desconexión. «Fue clave irme fuera, porque estando aquí, seguía vinculado de una manera u otra, era casi una obligación», apunta. Y admite que la competición había llegado a generarle cierto estrés. «Todos compaginamos deporte con trabajo o estudios y la carga había aumentado. Era viajar fuera, más días de entreno, más horas... Acabé un poco quemado de esa vida», reconoce.
Aunque regresó el curso pasado, una categoría por debajo, ahora volverá a competir en aquella donde lo dejó, la Liga EBA. «Me lo pensé, porque sigue habiendo desplazamientos, pero una vez que habíamos conseguido el ascenso, sí me apetecía disfrutar un año más», recalca. Un ascenso que no le marcaron como meta cuando regresó, pero que todos sabían que era lo que querían pelear. «Era la idea, pero sin querer meternos esa presión», dice en referencia al cuerpo técnico y al club al tiempo que admite que, inevitablemente, sí se la ponían ellos mismos. «Sabíamos que si no se conseguía en ese primer año, se iba a complicar. Si no mantienes esa llama, la gente lo va dejando, y más nosotros, que no tenemos jugadores fichados ni nada», analiza.
A su vuelta, tardó poco en adaptarse. Se reencontraba con varios compañeros a los que conoce de sobra, pero también había alguno nuevo. «Sobre todo, había gente joven que cuando me fui venía a entrenar alguna vez con nosotros, pero no los conocía tanto personalmente», cuenta. Pero se encontró a un equipo «en la misma línea» que lo había dejado. «Yo venía con otra visión e igual otro papel. Ya era más veterano y este año, al haberse ido Lucas Vaquero, tengo solo dos años menos que el mayor del equipo», detalla. Lo que le costó un poco de inicio fue volver a situarse dentro de la pista, «pero en un par de meses, estaba», aclara.
A por la permanencia
El objetivo de un recién ascendido pasa siempre por la permanencia, «sin duda». «Aunque tengamos un bagaje previo en la categoría, los primeros partidos nos van a costar», advierte. Y les da una importancia vital para el devenir dela temporada. «El ritmo es diferente, como el físico. Es cuando tenemos que trabajar más unidos para intentar ganar partidos», avisa. Pone el foco en que los equipos se siguen reforzando y a algunos puede resultar más fácil ganarles ahora que más avanzado el curso.
Arrancan contra el Gijón, «un rival de los duros», pero juegan en casa y cree que eso les debe dar un plus. «Debe ser un valor. Si con algo me quedo de los últimos años que jugué en esta liga es con que llenábamos el pabellón y cuando viajas, no te encuentras eso», asegura. Incluso la temporada pasada, aunque con el bajón inevitable de estar en otra categoría, se sintieron arropados y cada vez más apoyados a medida que avanzaba la competición. Ahora sienten «ese aliciente y esa responsabilidad».
No está seguro de cómo ha evolucionado el nivel de la liga, sino que es algo que tendrán que ir comprobando. «Lo hablo mucho con mis compañeros y nos cuesta visualizarlo. Siempre habrá equipos llamados a estar arriba con los que será difícil competir y luego, los de tu liga, con los que te lo tienes que jugar todo», afirma.
Jenaro Alonso, el baluarte
Losada se fue con Jenaro Alonso en el banquillo y ha regresado con el mismo técnico. «Para mí, es el baluarte principal del equipo, aunque él se quite importancia. Si ganamos o dejamos de ganar, es por el grupo que somos, y el grupo lo forma y lo mantiene él», argumenta. Destaca su capacidad para gestionar conjuntos y lo bien que trata a sus jugadores, aparte de que «sabe mucho de baloncesto». «Para mí, su papel es fundamental. No entiendo este equipo sin él. Podrá haberlo, pero seguro que no será lo mismo», finaliza.