A Guía, el faro que dirigía a los marineros en la ría

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El parque de Teis esconde grandes atractivos todavía sin explotar

14 sep 2024 . Actualizado a las 04:55 h.

«Nosa Señora da Guía, guía os homes do mar», dice la canción popular. Refleja una realidad que se repite a ambos lados de la ría de Vigo. Tanto en Teis como en Moaña existe el mismo topónimo debido a que son lugares que marcan las enfilaciones que antiguamente realizaban los marineros para regresar de sus faenas. El parque de A Guía tiene un largo recorrido de ocupación humana, pero no ha sido demasiado estudiado hasta el momento. La primera pista nos sitúa en la prehistoria. Es el petroglifo de Gondosende, situado en uno de los caminos que bordean el monte. Aunque todos estos elementos rupestres tienen la catalogación de bien de interés cultural, este ejemplo no está protegido del desgasta diario que supone estar en un camino vecinal. Son tres círculos concéntricos con una pequeña concavidad central y un surco curvo. La antigüedad de estas representaciones alcanza los cuatro mil años.

Pero, sin duda, el principal atractivo patrimonial del parque situado en la parroquia de Teis es su castro. Se sabe de su existencia desde finales del siglo XIX cuando el arqueólogo portugués Martíns Sarmento visitó Vigo. Una somera observación de la zona le llevó a afirmar que allí hubo un asentamiento de la Edad del Hierro. La construcción de la ermita, en la cumbre del monte, y los distintos trabajos de urbanización realizados en varias laderas destruyeron gran parte del poblado. Sin embargo, hace un par de meses, durante los trabajos previos de mejora de la iluminación del parque, se localizaron restos de aquella época.

Todo depende ahora de que el Concello de Vigo quiera investigar y ampliar los trabajos. Los sondeos realizados parecen indicar, según algunos expertos, que se trata de un castro poco romanizado, pero eso deberá determinarse en futuras excavaciones. Los vecinos de la zona señalaron, cuando se encontraron estos restos, que se trata de una buena oportunidad para ampliar el reclamo turístico del parque.

La ermita de Nosa Señora das Nieves, o más comúnmente conocida como la ermita de la Virxe da Guía acogió, en la misma cumbre hasta mediados del siglo pasado, «una de las romerías más animadas y populares que se celebran en la comarca de Vigo». Dicen las crónicas del siglo XIX que principalmente acudían a ella todos los marineros de la zona, pero también la «gente del comercio» de Vigo, que iban en barcos hasta las playas que había a sus pies para después ascender andando. Aquella era una ermita humilde, de color blanco, que fue derribada para acoger el edificio actual, proyectado por Manuel Gómez Román en 1951. Recientemente, el Concello de Vigo encargó a la Escola de canteros de Poio la elaboración de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús para coronar su cúpula, pero, desde hace meses, su entorno está ocupado por vallas de unas obras que no han comenzado. Aquella popular romería se trasladó entonces a la carballeira que se sitúa en la ladera sur. En torno al 5 de agosto se sigue celebrando allí la fiesta. Las crónicas de comienzos del siglo XX señalaban la existencia de otra romería en Pascua.

Si A Guía es un faro natural también acoge una señalización lumínica situada en la falda que da al norte. El actual faro data del año 1914, pero, anteriormente, hubo otro construido en 1844, el primero que se levantó en Galicia, exceptuando la torre de Hércules. Desde el faro se puede seguir una senda, bien pavimentada, que recorre toda la falda del monte hasta Espiñeiro. En esa zona se encuentran algunos arenales, como A Lagoa o A Manquiña, muy deteriorados actualmente por la acción humana, especialmente por la presencia del puerto deportivo que fue construido en la zona. Hacia el otro lado del monte está la playa de A Punta, que en alguna publicación antigua la denominaba Punta de Timoeira. Este arenal quedó cortado cuando se construyó, primero la base naval de Ríos, y, posteriormente, la ETEA. La vida militar de A Guía también estuvo representada, hasta hace un par de décadas, por una batería de artillería de costa.

El monte de A Guía está atravesado por un túnel de 800 metros de longitud. Transcurre por él la vía férrea que, en su día, eliminó el conocido como tren del pescado, una variante del ferrocarril que unía la estación de Urzaiz con el puerto. Al igual que le pasa a O Castro, A Guía es un mirador natural excepcional que apunta al final y al principio de la ría. Al igual que otros montes de la costa gallega, hasta hace cien años estaba bastante desarbolado. A finales de la segunda década del pasado siglo, el Estado otorgó la concesión del monte al Concello de Lavadores, que fue la institución que inició su repoblación. Ya, perteneciendo al municipio de Vigo, los alcaldes Suárez Llanos y Portanet emprendieron importantes tareas de urbanización y ajardinamiento, pero desde entonces, no se han visto cambios significativos en este parque. El Plan Palacios reservaba para este lugar una gran iglesia, un oceanográfico, una escuela náutica y una universidad. Casi nada. También planteó la apertura de una gran vía que recorriese desde la falda del monte hasta Samil, a lo largo de 14 kilómetros. Cerca de la cumbre, un monumento recuerda a represaliados del franquismo, por lo tanto también es un lugar de la memoria colectiva de los vigueses.