Jaime Saiz, investigador: «Con el cambio climático puede haber incendios en invierno. No se puede revertir, pero sí frenar»

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El científico vigués que trabaja para el CSIC asegura que, tras los incendios forestales, el pino canario rebrota desde el tronco y el gallego, no

11 sep 2024 . Actualizado a las 01:48 h.

Después de un gran incendio, las plantas se modifican e incluso las abejas que las polinizan son diferentes dentro de la zona quemada y regenerada. Es uno de los temas que investiga Jaime Saiz, biólogo por la Universidad de Vigo que trabaja en el Centro de Investigación contra la Desertificación (CIDE), que pertenece al CSIC y a la Universidad de Valencia y cuenta con 80 investigadores. En este centro se abordan los incendios forestales, restauración de ecosistemas y la salud y contaminación del medio ambiente. Saiz trabaja con Juli G. Pausas, uno de los mayores expertos mundiales en la materia. «Antes yo nunca había pensado en el fuego como algo natural. La perspectiva que solemos tener es de algo destructivo y provocado, catastrófico y desastroso», comenta.

Con el cambio global, cada vez hay más incendios. También influye cómo se gestiona el monte. «Puedes educar a la gente para que no se prenda el monte, pero no puedes evitar que caiga un rayo y prenda la maleza», asegura.

A pesar de todo, «el Mediterráneo es una de las zonas con más biodiversidad del mundo y en parte se debe a que hay incendios». «Hablando mal y pronto si tú a los seres vivos los puteas, van a evolucionar, van a adaptarse a eso. Hay plantas que después de los incendios rebrotan y otras que después de un incendio florecen».

A Saiz le parece bastante impresionante ir a un bosque donde antes no había apenas toxos y ver luego que proliferan por doquier. «Eso se llama banco de semillas. Había un reserva por el suelo que estaba esperando su oportunidad. Cuando desaparecen los árboles que tenían por encima esas simientes colonizan y recuperan el espacio que se había calcinado. Una de ellas es el toxo gallego, un arbusto que puede medir dos metros y rebrota. En cambio, el tojo mediterráneo no puede resurgir fácilmente. «Hay especies que producen semillas que florecen mejor después de un incendio. Otra adaptación bastante emblemática es la del alcornoque, es decir las sobreiras, sobreviven gracias a su grueso tronco. El corcho es un aislante contra el fuego».

Durante un incendio, a 50 centímetros de profundidad la temperatura es de 40 grados mientras que fuera puede alcanzar mil. Los científicos del centro del CSIC han comprobado que «el suelo aísla muy bien. Casi todas a plantas rebrotan bajo el suelo. Pero hay otras que lo hacen desde el propio tronco». Y eso es importante desde el punto de vista biológico porque el árbol casi que no tiene que volver a empezar. «Los pinos canarios se comportan así, los gallegos no», dice. Se ha visto en el caso de La Palma. Hay una especie de pino gallego, el pinus pinaster marítimo tiene piñas que se mantienen cerradas años y años y hasta que no hay un incendio no se abre y no esparce su descendencia.

Diferentes abejas

«El fuego es fascinante y genera mucho debate», asegura Jaime Saiz que explica que las grandes reforestaciones que ha habido en España se han hecho con pino de Alepo, originario de Siria. El científico vigués está en la actualidad estudiando una rama nueva, la epigenética. Está el genotipo y el fenotipo, que es como se expresa el ADN, un mismo genotipo puede dar lugar a diferentes fenotipos.

«Estoy trabajando con una especie que rebrota, la albaida, y puedes determinar cómo eran antes y después del incendio, que las puede cambiar radicalmente, Producen más flores, sus semillas pesan más y son más grandea. Cuando más grande es una semilla, más nutrientes tiene y más vigor va a tener su descendencia». Es una especie restringida al Mediterráneo.

Saiz asegura que, al borde de un incendio «las abejas que van a plantas que rebrotan son diferentes de las que acuden a flores que no se han quemado». Dentro de lo quemado hay especies que fuera no existen. «Ahora he recogido semillas de las dos zonas, las siembro y quiero ver lo que pasa al crecer. Son individuos diferentes, las descendencias son diferentes». El fuego cambia cómo es la planta, su descendencia. «Es muy interesante. Puede ser que aumente la biodiversidad, no me atrevo aún a decirlo tajantemente».

Este año ha habido mucha sequía. El año pasado el mayor incendio fue en invierno. «Con el cambio climático puede haber incendios en invierno. No se puede revertir, pero sí frenar», señala.