La Bandera de la Concha fue la guinda a una temporada perfecta del equipo vasco, donde la remera gallega lleva tres temporadas
10 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Beti Piñeiro (Cangas, 1998) aún no había asimilado 24 horas después de ganar la Bandera de la Concha con Arraun Lagunak que habían sumado este nuevo éxito a una temporada inmaculada. Y eso que llegaban como favoritas indiscutibles. Porque no solo fueron campeonas de liga, sino que lo hicieron sin que se les escapara una sola bandera. Un logro, admite, difícilmente repetible y que está disfrutando la máximo.
Para la canguesa, sin duda, lo mejor ha sido la guinda de este fin de semana. «Mucha gente prefiere la liga, pero para mí, la Concha es la Concha. Es como nuestros Juegos Olímpicos, con lo que todo remero sueña desde que empieza», comenta. En su caso, además, se le viene a la mente su primera entrenadora, Marta Cochón. «Cuando empecé, venían de ganar con Galicia cinco años seguidos y siempre la tuve como referente», cuenta.
El hecho de que Arraun fuera favorita y su victoria se diera por hecha era algo que desde dentro tenían que saber manejar para que no se les volviera en contra. «Había que asumir ese papel, ya por segundo año, y la experiencia también te hace llevarlo mejor», dice la también campeona del 2023. Pero admite que esa presión no te la quita nadie y que aflora cuando se ven campeonas. «Fue acabar y soltarla. Según vas ganando banderas, está encima de la mesa el reto de hacer pleno y una vez conseguido, la sensación es: ‘Uf, ya está’».
Pese a que todo haya salido rodado, el planteamiento de Piñeiro es que nunca es suficiente. «Siempre se puede mejorar», sostiene. Y pone un ejemplo: «Le decía al entrenador que nos queda ahí un descenso en invierno que no ganamos, de los que se hacen en pretemporada. No es que sea una espina clavada ni mucho menos, pero nos la dejamos», recuerda. Nunca le falta la ambición: «Siempre quieres más. Hablábamos al terminar de que igualar esta temporada se antoja imposible, pero ojalá repetir el próximo año».
La gallega es consciente de que para que se dé un éxito de tal calibre tienen que coincidir muchos factores. «Para ganar todas las banderas, hay cuestiones como que las calles jueguen a tu favor. Son muchas cosas para hacer lo que hicimos», repasa. Pero la clave del éxito de este equipo la tiene clara: «Unión y ambición». «Somos amigas, nos conocemos tanto que sabemos lo bueno y lo malo de cada una. Hacemos una muy buena piña y tenemos tantas ganas, que nunca nada es suficiente», expresa.
Lo más especial para ella de esta Bandera de la Concha ha sido la última jornada. No solo por ganar, sino por lo que vino después. «El recibimiento que tuvimos en la Constitución fue increíble, ondeando las 19 banderas que ganamos. Esa imagen no se me va a olvidar en la vida», subraya. Y añade que el suyo es el segundo equipo de la ciudad y hasta hace poco, las animaban sus padres y poco más. «Somos un club del que se empieza a hablar ahora. Cuando vimos tanta gente volcada con nosotras en la plaza, no nos lo podíamos creer. Fue una pasada», dice. Y celebra que, aunque hay otros conjuntos que mueven mucha más gente, ellas van «dando pasitos».
Tres años del salto
A Beti Piñeiro no la vinieron a buscar de Arraun, sino que fue ella la que se ofreció a remar allí. «Me movía por diferentes equipos de Galicia para hacer trainera y yo siempre había querido dar el paso de irme fuera», revela. Así que otra persona de este ámbito que lo había hecho así le sugirió que fuera ella la que contactara con la entidad, lo hizo y le dieron el sí para incorporarse. Fue hace tres años y ya sabe que habrá cuarto para ella allí.
En aquel momento, se reunió con ellos, que le pidieron vídeos para ver cómo remaba y también sus números en algún test de ergómetro para evaluarla. «Las trece remeras que vamos no somos ni de la misma envergadura ni de la misma altura. Depende un poco de la suerte de que coincidas con lo que están buscando en este momento», detalla sobre aquella elección.
Piñeiro solo probó suerte con Arraun, que aquel año había sido campeón de liga y Concha como ahora. «Vine a un equipo ganador, pero ni imaginaba todo esto ni soy consciente aún», asegura. Dice que lo será el año que viene, «cuando empiecen las regatas y piense lo fácil que parecía el año pasado y qué rápido de ponen en tu sitio», reflexiona.
Apasionada del remo, el curso pasado comenzó Ciencias de la Actividad Física y del Deporte con la aspiración de ser entrenadora de remo en el futuro. «Siempre fue lo que quise, pero me decían que no tenía salidas e hice auxiliar de enfermería e higiene bucodental. Un entrenador me convenció de que si era lo que me gustaba, estaba a tiempo». Y en ello está ahora.