El BNG y el PSOE agitan el informe del Consello de Contas, que pone en cuestión la gestión del proyecto del Cunqueiro
09 sep 2024 . Actualizado a las 17:41 h.El Hospital Álvaro Cunqueiro calienta el reinicio del curso político gallego. El PSOE anunció esta semana una interpelación al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, en el primer pleno de septiembre acerca del millonario sobrecoste en el proyecto del hospital que ha constatado el Consello de Contas en un duro informe publicado a principios de agosto. Este jueves, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha ido más lejos y ha anunciado que pedirá una comisión de investigación en el Parlamento gallego acerca de «esta fraude e irregularidades». Pontón ha extendido esa posible comisión de investigación al «nepotismo na contratación da Xunta», en el que ha enmarcado los más de 1.300 contratos adjudicados sin concurso público a la multinacional Eulen, que dirige en Galicia la hermana del anterior presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, actual líder del PP.
El Consello de Contas detectó que el modelo elegido para la construcción del Cunqueiro provocó un exceso de coste de 166 millones de euros (lo eleva a 470 si se tiene en cuenta el valor del dinero en el año 2010, cuando se licitó) a lo largo de la vida de la concesión, que termina en el año 2035. El Cunqueiro fue el primer hospital de Galicia construido con un modelo público-privado: la Xunta encargó a un consorcio de empresas que hiciese el proyecto definitivo y la obra, y también que la financiase, sin pagarle nada hasta que el hospital abriese sus puertas; a cambio, le devolvería el dinero con intereses a lo largo de 20 años durante los cuales ese consorcio gestionaría los servicios no clínicos del hospital y las explotaciones comerciales. Ese modelo no volvió a aplicarse en Galicia después del hospital de Vigo, aunque el PP defiende que era el único posible para hacer el centro sanitario en aquel momento.
Pero el órgano fiscalizador de la comunidad autónoma constata que salió notablemente más caro que si se hubiesen hecho dos contratos, uno para la obra del hospital y otro para la gestión de los servicios no clínicos. Confirma, además, que el proyecto se recortó, pues se anunciaron 1.465 camas y 36 quirófanos, cifras que nunca se cumplieron. De hecho, el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, el paraguas que agrupa al Cunqueiro, al Meixoeiro y al Nicolás Peña (antes también al Xeral y al Rebullón, pero se cerraron) apenas ganó 80 camas y tiene 1.321 en total, que son menos de las que se habían proyectado solo para el Cunqueiro. También se redujo la superficie y se obviaron mecanismos de control como un estudio de viabilidad que era obligatorio.
El Cunqueiro se abrió en el año 2015 y la mayoría de esos problemas ya se conocían entonces, aunque ahora el Consello de Contas les ha puesto cifras. Y a este hecho se agarra la oposición para apretar al Gobierno del PP y a su presidente, que era el número dos de la Xunta en los tiempos en los que se gestó todo esto. «Se [o PP] non ten nada que ocultar, que apoie a creación desta comisión», ha desafiado Pontón este jueves, advirtiendo al partido en el gobierno que si no lo hace «está recoñecendo culpabilidade». La líder del BNG ha prometido «chegar até o fondo».
Sin embargo, ha modulado su petición de que se revierta la concesión del Cunqueiro. Esta termina en el 2035 y el BNG lleva años pidiendo que se rescate o se rescinda, sugiriendo incluso que se podría hacer sin apenas indemnizar a la unión de empresas que tiene la concesión, una sociedad que en el pasado lideró la constructora Acciona y que ahora está controlada por el fondo de inversión francés Meridiam. Pontón ha supeditado el posible rescate a la comisión de investigación, a la que se le encargaría «ver de onde se derivan os 470 millóns». La portavoz del Bloque Nacionalista Galego sí ha dicho que ese dinero ha dejado de invertirse en la sanidad pública «para engordar os beneficios das concesionarias».
El portavoz municipal de su partido en Vigo aseguró que el informe de Contas «demostra que a impsoción do modelo foi o epicentro do terremoto que a golpe de privatizacións e recortes converteu a área de Vigo na zona cero da desfeita sanitaria».